- El 12 de diciembre de 1921 fue descubierta la insulina, un hito que cambió la vida de millones de personas con Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1).
- Según cifras GES en Chile hay más de 15 mil pacientes con DM1 que a diario están expuestos a 5 a 7 pinchazos para medir su glucosa y administrarse insulina. Desde el año 2017 la Ley Ricarte Soto cubre la bomba de insulina.
Hace 100 años, ser diagnosticado con diabetes significaba una expectativa de dos años de vida, con dietas extremadamente restrictivas y sin posibilidad de levantarse de la cama. Todo cambió con el descubrimiento de la insulina el 12 de diciembre de 1921, un hito que cambió la vida de millones de personas con Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1). El paciente cero fue Leonard Thompson, de 14 años, quien recibió la primera dosis inyectable en enero de 1922.
Las personas con diabetes tipo 1 no pueden secretar insulina, hormona que regula la cantidad de glucosa, por lo que tienen una dependencia vital de insulina exógena. La glucosa es una fuente de energía para las células que forman los músculos y tejidos y es el principal combustible del cerebro.
Según cifras GES, en Chile hay más de 15 mil pacientes con DM1, que a diario deben medir su glucosa y administrarse inyecciones de insulina cada vez que comen y en eventos adicionales. Esto significa unos 5 a 7 pinchazos en los dedos y un número equivalente de inyecciones por día. Para los casos más severos, existe la alternativa de usar una bomba de insulina. La primera bomba fue creada en 1964, no obstante, gracias al avance tecnológico se redujo su tamaño desde una mochila a dispositivos del tamaño de un mouse de computador. La funcionalidad también ha avanzado, hoy existen sistemas integrados que permiten automatizar el cálculo de las dosis de insulina a través de algoritmos y la interacción entre la bomba de insulina y monitores continuos de glucosa.
Desde el año 2017 la bomba de insulina tiene cobertura gratuita garantizada por la Ley 20.850, también conocida como Ley Ricarte Soto. Según el protocolo de la ley para esta terapia, el logro de un buen control de glicemia con la bomba de insulina ha demostrado un mejor control de complicaciones graves de salud que provoca la diabetes, como la hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en la sangre), o en los casos más agudos la cetosis y cetoacidosis diabética, además de la emergencia metabólica potencialmente mortal. El valor de esta terapia se aprecia en el largo plazo, reduciendo la aparición de complicaciones micro y macro vasculares, retinopatía y nefropatía, entre otras.
A continuación, tres usuarios de bomba de insulina cuentan su experiencia y dan consejos.
María Ignacia Montt, campeona nacional de 100 metros planos: “En Chile somos extremadamente afortunados, debemos ser de los pocos países que tiene cobertura completa con insulinas en el GES y la bomba de insulina en Ley Ricarte Soto. Me ha tocado conversar con diabéticos de otras partes del mundo y la situación no es igual. En mi familia somos tres personas con diabetes, mis dos hermanas grandes y yo. Ha sido muy interesante ver la transición de los tratamientos, hemos podido ver cómo han mejorado las tecnologías y cómo va mejorando nuestra calidad de vida, tenemos cada vez más libertades. Hoy puedo ver las notificaciones de la bomba de insulina en mi reloj, cosa que hace cinco años era impensable. A las personas recién diagnosticadas les haría una invitación a cuidarse, a seguir haciendo deporte, porque esto no los va a limitar. Van a poder seguir haciendo su vida normal siempre que se cuiden. Con los tratamientos que hay hoy se puede hacer lo que uno quiera: en mi caso correr y ser deportista de alto rendimiento”.
Julieta Martínez, creadora de la plataforma Tremendas compartió su experiencia desde Escocia, donde participó en la COP 26: “Debuté con diabetes cuando tenía tres años. Me sentía culpable porque sentía que dependía de mi familia, de mis papás. Tengo una hermana pequeña y no quería quitarle tiempo porque tenían que atenderme, por eso traté siempre de independizarme lo más posible, pinchándome sola. La bomba llegó cuando tenía 12 años y fue impresionante. Mi experiencia ha sido… aquí no hay hipérbole: increíble. En ese minuto todavía no estaba cubierta por la ley. Mis papás las compraron directamente y fue un tremendo privilegio tener acceso a ella. En ese momento comencé con el activismo, fue lo que me movilizó: ¿Por qué yo tenía acceso a esta herramienta si el 99% de los niños no? Siempre tuve claro que la bomba no lo iba a hacer todo, pero sí sabía que con disciplina iba a tener una vida entre comillas normal. Para quienes hoy buscan una bomba de insulina o no tienen información: es una realidad tener acceso a ella. Es una oportunidad gigantesca para vivir mejor”.
Matías Castro, médico veterinario: “Vivo con diabetes tipo 1 desde los 11 años. Me explicaron que mi vida iba a cambiar, pero la verdad es que no cambió mucho y recuerdo que estaba muy contento de que me hubieran diagnosticado, porque después de estar estable y con insulina me sentí bien casi de inmediato, y me dio mucha alegría saber que tenía tratamiento. He jugado tenis de mesa desde que tengo 12 años y la principal contra que tiene la diabetes y el deporte es que aumenta la probabilidad de que te de una hipoglucemia. La bomba de insulina permite ajustar la cantidad de insulina que recibes durante la actividad deportiva, permitiéndome entrenar sin miedo a tener una hipoglucemia. El modelo que yo ocupo es la MiniMed 780G, que es un sistema de asa híbrida avanzada. Esto significa que la bomba toma decisiones por mí y tiene la capacidad de suspender la infusión de insulina o administrarme bolos si la lectura del sensor de glucosa así lo indica. Todo esto sin que yo tenga que intervenir. Esto significa una tremenda tranquilidad en el día a día y una garantía de que puedo realizar las mismas actividades que una persona sin diabetes, sin restricción. A quienes recién han sido diagnosticados les diría que esta condición no los va a limitar en absolutamente nada de lo que quieran emprender. Algo muy importante es la educación. Invitaría a toda persona/familia con diagnóstico de T1D a que intenten aprender lo máximo posible sobre diabetes, pero también los invitaría a que se conozcan a ellos mismos. Cada persona es un universo diferente y debemos aprender a utilizar las herramientas que hoy tenemos disponibles de la manera que mejor se ajuste a nosotros”.
Fuente: BCW-Global