El académico de la Facultad de Administración y Economía de la Usach, Hernán Frigolett, hizo hincapié en revisar la plataforma de protección del empleo, afirmando que el seguro de cesantía ha demostrado ser un instrumento “bastante rígido”.
Según cifras publicadas por la Encuesta Casen, el índice de pobreza subió en más de 20 años, pasando de un 8,6% en 2017 a 10,8%, lo que se traduce a 2.112.185 personas viviendo en esa condición. En cuanto a la extrema pobreza, se llegó a un 4,3% (2,3% en 2017) equivalente a 831.232 personas.
Números preocupantes que para Hernán Frigolett, economista y académico de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago, es una descoordinación profunda de la política económica con la sanitaria.
“Durante todo el 2020 hubo una crisis sanitaria que se enfrentó con cuarentenas estrictas lo que hizo que la desocupación subiera en forma vertiginosa y los hogares quedaron sin ingresos compensatorios porque tuvieron muy mala cobertura, fueron montos muy bajos y eso impidió que se mantuviese algún nivel de ingresos equivalente o al menos de una gran proporción a lo que se tenía cuando la economía funcionaba con relativa normalidad”, sostuvo tras ser consultado sobre fallas en materia de políticas sociales.
Respecto al rol del empleo en esta alza de la pobreza, apuntó a la situación de desprotección en que se encuentran los trabajadores. “Los que no son asalariados y que no tienen contratos, no pueden acceder a ninguno de los sistemas de financiamientos de ingresos parciales como es el seguro de desempleo que permitió entonces que una gran cantidad de trabajadores que quedaron cesantes o que se acogieron al programa del empleo, pudieran mantener un nivel de ingresos. En cambio, los trabajadores por cuenta propia quedaron prácticamente desprotegidos”.
Para el también ex Tesorero General de la República entre 2014 y 2018, es importante revisar la plataforma de protección del empleo. “El seguro de cesantía ha demostrado ser un instrumento bastante rígido que no permite utilizar de buena forma los recursos que se van acumulando en el fondo de cesantía. Hay que revisarlo y llevarlo a una estructura más solidaria y que permita ser de un uso más flexible de los recursos que se van acumulando y que quedan en el sistema que hoy está en operación”.
Fuente: USACH