- Existen personas que, sin haber registrado eventos cardíacos, presentan factores de riesgo que los hacen potencialmente elegibles para usar este dispositivo que evita un paro cardíaco repentino.
- 30% de las muertes en Chile son por enfermedades cardiovasculares, siendo la primera causa de muerte en el país y a nivel mundial.
El paro cardíaco repentino es una pérdida abrupta de la función cardíaca que puede provocar la muerte en minutos o muerte súbita y es, actualmente, una de las causas de fallecimiento más impactante entre la población adulta. La manera más efectiva de tratarlo es con un desfibrilador, dispositivo electrónico que ayuda al corazón a volver a su ritmo normal con una descarga eléctrica.
Existen dos tipos de desfibriladores: externo automático (DEA), que, desde mayo de este año, debe estar obligatoriamente en centros educacionales y lugares de alta afluencia de público; y automático implantable (DAI).
Los desfibriladores implantables son similares a un marcapasos y se usan desde hace más de 30 años como protección a largo plazo, especialmente en pacientes sobrevivientes de un paro cardíaco súbito (prevención secundaria). Sin embargo, existen personas que, sin haber sufrido necesariamente un evento cardíaco, tienen factores de riesgo que los hacen potencialmente elegibles para usar un desfibrilador implantable que prevenga una arritmia fatal: para este grupo se habla de prevención primaria.
El doctor Rubén Aguayo, cardiólogo del Hospital San Juan de Dios y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, explica que “del universo total de pacientes que requiere un cardiodesfibrilador implantable, el 20% corresponde a prevención secundaria y 80% a prevención primaria. ¿Qué significa esto? Que un gran número de pacientes tiene la posibilidad de hacer una arritmia, pero hasta ahora nunca la ha hecho”.
¿Cómo saber si se forma parte de este subgrupo de riesgo? El doctor Aguayo detalla los indicadores más importantes:
- Un infarto cardíaco que ha dejado una cicatriz extensa en el corazón.
- Insuficiencia cardíaca. Un corazón dilatado, que no se contrae bien, es mucho más proclive a hacer una arritmia.
- Registro de arritmias ventriculares no sostenidas al realizar un Holter de Ritmo, en pacientes con cardiopatía.
- Síncope inexplicado. Síncope es la pérdida brusca de la conciencia, habitualmente con pérdida del tono postural (la persona se desploma) y rápida recuperación, en pacientes con antecedentes de infarto o insuficiencia cardíaca.
El doctor Aguayo agrega que “los cardiodesfibriladores internos son unos verdaderos computadores que registran la actividad del corazón latido a latido. Si se presenta una arritmia son capaces de detectarla y administrar una descarga eléctrica en el mismo momento en que ocurre”. Con esta descarga se logra disminuir las posibilidades de muerte súbita.
Se estima que solo el 13% de los pacientes con clara indicación de un dispositivo de estas características han sido implantados en América Latina, principalmente por prevención secundaria. Esta situación es preocupante, ya que revela que existe una gran cantidad de pacientes cardíacos en riesgo que desconocen o que no tienen acceso a esta terapia como prevención primaria.
Para identificar mejor los beneficios de la terapia con desfibriladores implantables en países donde la prevención primaria es escasa, Medtronic, la compañía de dispositivos médicos más grande del mundo, recientemente realizó IMPROVE SCA, el mayor ensayo prospectivo de pacientes con riesgo de muerte súbita cardíaca en 17 países en desarrollo. Este estudio evaluó el riesgo de arritmias ventriculares en 3.889 pacientes tanto en prevención primaria como secundaria, así como los beneficios en términos de mortalidad al contar con un desfibrilador implantable de Medtronic. IMPROVE SCA concluyó que los desfibriladores implantables reducen en 49% el riesgo de muerte súbita cardíaca en prevención primaria.
Los pacientes considerados de alto riesgo en el estudio fueron aquellos con: taquiarritmias ventriculares no sostenidas; contracciones ventriculares prematuras frecuentes; fracción de eyección del ventrículo izquierdo de menos del 25%; o síncope inexplicado (desmayo).
Hugo Fagioli, director de Asuntos Clínicos de Medtronic en América Latina, comenta que “los datos obtenidos con IMPROVE SCA, alineados a estudios históricos, confirman los beneficios a la reducción de mortalidad que los desfibriladores automáticos implantables ofrecen”, por lo que existe una gran necesidad de identificar pacientes con riesgo de muerte súbita para ser tratados con esta terapia que salva vidas.
Prevención
30% de las muertes en Chile son por enfermedades cardiovasculares, siendo la primera causa de muerte en el país y a nivel mundial.
Para descartar un problema al corazón, añade el doctor Aguayo, lo básico es partir con un electrocardiograma, “este invento maravilloso del doctor Willem Einthoven por el que recibió el premio el Nobel de Medicina en 1924, hace más de 100 años. Este examen está en todos lados, es simple y barato. Hay otros más específicos, pero más que tanto chequeo hay que pensar en cosas simples como el control de los factores de riesgo cardiovascular. Todos sabemos si estamos excedidos en el peso, si comemos mucha sal, si tenemos la presión un poco alta, si estamos fumando. Forman parte de los cambios de hábito de vida saludable. Es la mejor estrategia para combatir la epidemia que significan las enfermedades cardiovasculares”.
A diferencia de los marcapasos, que tienen cobertura en el sistema AUGE, los desfibriladores automáticos implantables no la tienen.
Fuente: BCW-Global.com