- Articulando a empresas, municipios y la comunidad, este nuevo parque entre Cerro Navia y Quinta Normal da un paso más para remediar la desigualdad que se puede ver a lo largo del río, entregando 14.000 m2 de espacio público a la comunidad.
Durante los últimos dos años, empresarios, autoridades, vecinos y vecinas de Cerro Navia y Quinta Normal se sentaron en una misma mesa, construyeron un proyecto público con financiamiento privado por medio de la Ley de Donaciones Sociales y diseñaron un espacio para el desarrollo y la felicidad de quienes habitan en el sector. A raíz de este esfuerzo, hoy se entrega a la comunidad un nuevo parque urbano: el Parque Pérgolas de Carrascal.
Con 11 años de experiencia en proyectos urbanos que fomenten la regeneración de vínculos y el sentido de comunidad, la Fundación Urbanismo Social estuvo a cargo de la implementación y ejecución de esta iniciativa, trabajando de la mano con las comunidades y el gobierno local, para relevar lo colectivo sobre lo individual y generar un proyecto común. Este proyecto es sin duda, reflejo de una nueva manera de hacer ciudad.
“Lo que diferencia este proyecto es que se canalizaron voluntades públicas y privadas pero sobre todo, que se relevó la voz de la comunidad y el gobierno local. Este parque permitió mostrar una forma distinta de hacer ciudad, donde diversos actores se juntaron, reconocieron y trabajaron juntos, generando vínculos y construyendo confianza. Esta es la forma que creemos que se hace ciudad y comunidad”, enfatiza Pilar Goycoolea, Directora Ejecutiva de Fundación Urbanismo Social
“Creemos que la empresa privada, la sociedad civil, los vecinos, los municipios, si no nos coordinamos nuestro esfuerzo se diluye. En la medida que nos ponemos de acuerdo, que nos reconocemos como actores que definimos un camino en conjunto, podemos avanzar mucho más lejos. Por eso, sin bien es cierto, en las Pérgolas de Carrascal, el espacio de mayor interacción es en Quinta Normal, aquí vimos un modelo, vimos una metodología y la impulsamos, la apoyamos y lo seguiremos haciendo, porque creemos que romper los candados de la exclusión y la marginación nos involucra a todos de forma coordinada”, declara el alcalde Cerro Navia, Mauro Tamayo.
Con una inversión tanto de Red Megacentro como de Banco Santander fue posible materializar el sueño del parque. “Los privados no solo tenemos una responsabilidad para con nuestro negocio y accionistas, sino también con el entorno donde desarrollamos nuestra actividad. Relacionarse con la comunidad y el gobierno local para que podamos operar en un territorio donde hay vínculos de confianza, desarrollo urbano y social, es posible y beneficioso para todas las partes. Como empresa B estamos convencidos que las empresas deben tener un triple impacto, social, económico y ambiental”, mencionó Hernán Besomi, Presidente del Directorio de Red Megacentro.
Por su parte, Roberto Sapag, Gerente de Comunicaciones Corporativas y Sostenibilidad de Banco Santander, agrega: “Se trata de contribuir al progreso del país, al progreso de las personas. Queda mucho trabajo por hacer, la ribera del Mapocho es muy extensa y se necesitan mas iniciativas como estas. Cuando nos invitaron a participar de las Pérgolas de Carrascal, no dudamos en ofrecer toda la colaboración del Banco, porque es una idea que mejorará el sector para miles de familias que contarán con un nuevo lugar para recrearse. Es por eso que invitamos a otras empresas a hacerse parte de estos proyectos”.
Lo que antes era un microbasural, hoy es un parque de casi 14.000 metros cuadrados, con grandes pérgolas que enmarcan un espacio de encuentro para toda la comunidad y aportan a la expectativa de “dejar de ser vistos como el lugar de la basura”. El parque cuenta con juegos infantiles, bancas para descansar, un muro de escalada y la continuación de la ruta Mapocho42k. La iniciativa fue reconocida en la última edición de los Premios Iniciativas Municipales de Pulso.
“Estamos muy contentos porque este premio es reflejo de un arduo trabajo que nos ha permitido cambiar completamente este espacio, lugar que históricamente fue utilizado para botar desechos y escombros, afectando la calidad de vida de los habitantes del entorno. Como municipio consideramos esta problemática como grave y necesaria de cambiar y por eso hemos trabajado desde un principio en el mejoramiento de este espacio. Seguiremos ocupados y trabajando con nuestros recursos para que sea utilizado de la mejor manera. Confiamos en que nuestros vecinos y vecinas sabrán aprovechar este espacio y en que seguiremos trabajando para mejorar de igual manera, toda la ribera del río Mapocho.”, sostiene la alcaldesa de Quinta Normal, Carmen Gloria Fernández.
El diseño estuvo en manos del Premio Nacional de Arquitectura, Juan Sabbagh, con el objetivo de llevar infraestructura de calidad a cualquier comuna, saldando poco a poco una deuda histórica con los y las vecinas que han vivido en constante situación de desigualdad y que cada día ven los basurales que adornan hasta ahora la ribera del río en esta parte de la ciudad.
Se trata de un proyecto que comenzó en el 2016 y que ha trascendido al cambio de gobierno, ya que se alinea en un esfuerzo nacional por mejorar la distribución de áreas verdes de calidad y la limpieza del río. La inauguración de este parque se suma a la recuperación del Mapocho poniente; objetivo que persigue el proyecto Mapocho Río del Ministerio de Vivienda, que ha logrado aunar distintas iniciativas preexistentes en el sector para desarrollar un gran parque a lo largo de toda la costanera sur, entregando justicia social y urbana. “Esta es la primera cara que ven de Santiago. Esta ciudad se construyó alrededor del río para que la gente tuviera todos sus beneficios. La comunidad, necesitaba de un parque, necesitaba un lugar donde pudieran hacer vida en comunidad, donde tener deporte, que entregara seguridad y donde poder traer a sus hijos”, recalcó el Ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno.
Todo el proceso desde su gestación hasta el diseño y construcción se hizo junto a la comunidad y los municipios. Este involucramiento es condición necesaria para lograr un proyecto urbano que sea sostenible en el tiempo. Para esto se celebraron talleres de diseño, capacitación de líderes y lideresas comunitarias, plantaciones, limpiezas y jornadas de educación ambiental, orientadas a que la comunidad se empodere del proyecto. Durante el proceso se han desarrollado vínculos de confianza y respeto que se mantienen hasta ahora, y un sentido más profundo de comunidad. El resultado buscado, es que las personas se sientan felices y orgullosas del lugar en el que viven. “Este ya no va a ser el proceso de mi mamá y mi papá, que veían el basural y que no pudieron disfrutar del espacio como debían. Era algo que se necesitaba en el sector, porque ya nos estamos conociendo desde ahora a través de este parque. Aprendiendo a mirarnos más como vecinos y a tratarnos mejor, en lugar de encuentro que es hermoso para nosotros”, enfatizó la vecina de Quinta Normal, Jacqueline Muñoz.
Fuente: B2O