El historiador argentino y académico de la Universidad de Santiago, Dr. Pablo Lacoste, sostiene que la ex Mandataria, que acompañó al Presidente electo en calidad de Vicepresidenta, podría articular un movimiento de oposición interna “si se genera la sensación de que Fernández no puede sacar al país de la crisis, la inflación y la recesión”.
Alberto Fernández se impuso en las elecciones presidenciales argentinas al actual Mandatario del país vecino, Mauricio Macri. El candidato del Frente de Todos, que fue a los comicios con la ex Jefa de Estado, Cristina Fernández, como compañera de fórmula en calidad de Vicepresidenta, se impuso con un 48% de los votos frente a 40,5% del oficialismo.
El analista internacional argentino y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago, Dr. Pablo Lacoste, reconoce que es difícil que la ex Presidenta genere un movimiento político propio en el corto plazo, que le dispute poder al Mandatario electo. Esto, porque que su cargo es “simbólico” y porque su principal frente será la Justicia, con la que mantiene causas pendientes.
Sin embargo, advierte que “si se genera una sensación de que Fernández no puede sacar al país de la crisis, la inflación y la recesión, el sector de Cristina puede hacerle oposición desde adentro”. Con todo, el doctor en estudios americanos insiste en que un escenario como este solo podría avizorarse en el largo plazo, cuando la población compruebe que puede o no equilibrar la economía.
“El nuevo gobierno tendrá como prioridad lograr equilibrar variables macroeconómicas, bajar el déficit fiscal para disminuir la inflación y reactivar la confianza de los actores económicos para reactivar la economía, estos son sus objetivos”, explica. “Si la inflación sigue alta, no podrá cumplir sus promesas de campaña y se generará una sensación de frustración en su electorado”, asegura.
Finalmente, el historiador destaca que la elección logró dos cosas: por una parte, la reunificación del peronismo, que en 2015 estuvo dividido. Por otra, que Macri, a pesar de los problemas económicos de su administración y de los malos resultados que, se pronosticaba, obtendría en las recientes elecciones, alcanzó una cifra no despreciable de votantes, lo que lo mantuvo en la disputa.
“Ha sido muy positivo para los dos lados. El sistema político argentino se consolida con esto, con dos grandes bloques, uno que gobierna y otro con la suficiente fuerza como oposición para ejercer el control de la gestión. El sistema republicano argentino sale muy fortalecido”, concluye.
Fuente: USACH