Salas para bicicletas con duchas y tótem de herramientas son parte de los cambios en los proyectos residenciales más recientes para adaptarse a la era ciclista. De acuerdo al Índice de Ciclismo Mundial, en Chile el uso de este medio de transporte aumenta un 10% anual, lo que exige fortalecer la infraestructura pública y privada.
El creciente uso de la bicicleta como medio de transporte hace pensar en si Chile está preparado para los miles de viajes que se realizan día a día y que van en aumento. Sólo en la Región Metropolitana se realizan más de 600 mil viajes al día, siendo además la ciudad donde se concentra el 10% de las ciclovías de América Latina, según un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y que cuenta con más de 400 kilómetros de ciclovías.
Por ello se hace necesaria una infraestructura que apoye este crecimiento como, por ejemplo, estacionamientos en las conexiones de metro, mejor iluminación y mayor conectividad entre estas vías.
Pero la infraestructura pública no es la única que se ha hecho indispensable. En casa también se hace necesario contar con espacios apropiados para este medio de transporte, en especial en edificios de departamentos.
Ascensores más amplios para transportar las bicicletas con mayor comodidad y salas que cuentan incluso con duchas para lavarlas, son sólo algunas de las innovaciones que se están desarrollando en el mundo inmobiliario para potenciar la movilidad sustentable.
“Para incentivar a las personas a andar en bicicleta los espacios tienen que estar diseñados para ello. Creemos que es momento de evolucionar y pasar de la clásica imagen de la bicicleta cruzada en el ascensor o en el balcón, a salas especialmente acondicionadas para guardarlas, realizarles mantención e incluso lavarlas”, señala Rafael Bennett, gerente general de Santafe, una de las inmobiliarias que está efectuando cambios en sus espacios comunes y privados.
En esa línea, han implementado salas especiales para resguardar las bicicletas, que incluyen un tótem con set de herramientas para realizarles la mantención necesaria, y una ducha ubicada a un costado de un ventanal por donde se puede ingresar directamente con la bicicleta, sobre todo si es que está muy sucia.
No es el único cambio que se están generando en los edificios. En varios de ellos se han instalado ascensores más grandes, que permiten transportar las bicicletas con mayor comodidad. “Esto constituye un ejemplo del cambio. Para usar la bicicleta las personas necesitan guardarla con seguridad y moverla dentro del edificio, lo que implica modificar el diseño tradicional de los espacios”, agrega Bennett.
Se estima que, en la Región Metropolitana, con el incremento de los viajes en bicicleta y el aumento de las ciclovías, su uso podría triplicarse. Ante eso, a nivel ciudadano las organizaciones de ciclistas están promoviendo la creación de infraestructura pública y privada, como estacionamientos públicos en zonas acorde al número de personas que se moviliza en la zona y también elevar los estándares de las rutas.
Fuente: Vital