Dramáticos son los recuerdos de los afectados por los siniestros en la Región del Maule, quienes esperan que los responsables tomen conciencia del daño provocado.
Desolador es el paisaje que se observa a lo largo de un importante tramo de la ruta que une San Javier con Constitución, en la Región del Maule, donde esta temporada se han producido al menos cuatro grandes incendios forestales que a la fecha han consumido más de 23 mil hectáreas de plantaciones de bosques, amenazando casas, escuelas e inmuebles de distintas comunidades rurales.
En la escuela del sector Las Corrientes, ubicada a 30 kilómetros de Constitución, se vivieron momentos dramáticos cuando los vecinos, profesores y auxiliares, en un esfuerzo desesperado lograron detener el fuego, salvar la escuela y permitir que hoy más de cien niños de la zona asistan con normalidad a sus clases donde además disponen de un pequeño internado.
La emergencia se desató el domingo previo al inicio del año escolar, por eso la directora de la escuela Las Corrientes, Ingrid Rojas, se trasladó desde Talca al lugar y solicitó la ayuda inmediata para evitar una tragedia mayor.
“Tuve que viajar por el camino que va de Talca a Curepto (más al norte) ya que la ruta por San Javier estaba cortada. Me encontré con colegas y vecinos con quienes logramos llegar a la escuela y avanzar hacia la parte posterior del patio. Estando ahí de repente se produjo una explosión de llamas muy cerca de nosotros, así que mientras unos fueron a pedir ayuda, los demás comenzamos a sacar todos los elementos combustible y la mayor cantidad de cosas que había en las salas, sobre todo aparatos tecnológicos. Luego con ramas logramos apagar las llamas que estaban más cerca. La escuela se salvó de milagro”, cuenta la directora.
El incendio forestal que rodeó la escuela de las Corrientes abarcó alrededor de 7 mil hectáreas de la zona conocida como Valle de Pichamán de Nirivilo y avanzó rápidamente por el interior de los cerros desde la ruta que va a Constitución hasta terrenos al norte del río Maule, donde la fuerza del viento hizo que el fuegocruzara las aguas del cauce.
La emergencia que afectó a grandes empresas y muchos pequeños y medianos propietarios movilizó al Ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo, quien llegó a la zona para coordinar el trabajo de las autoridades locales y los equipos de emergencia que incluyeron a los brigadistas de CONAF, de las empresas forestales, voluntarios de bomberos, del MOP y de las municipalidades de San Javier y Constitución, quienes combatieron el fuegocon camiones aljibes, helicópteros y aviones.
El auxiliar de la escuela de Las Corrientes, Valeriano Cáceres, contó que las llamas saltaban de un lugar a otro muy rápido por eso “pensamos lo peor. A mí se me quemó una bodega con cosas, bicicletas y herramientas, pero logramos salvar la casa”, la cual comparte con su mujer y una hija.
“Esa noche nadie pudo dormir por temor a que el fuego arrasara con todo. Cuando amaneció fuimos a la escuela y estuvimos apagando las llamas para evitar que se quemaran las salas y oficinas”, recordó el auxiliar. Según el testimonio de la directora, los niños y estudiantes que ayudaron en la emergencia pasaron la noche en vela.
Hoy- asegura- la vida es distinta no sólo por el paisaje sino por la experiencia que marca un antes y un después para los residentes de Las Corrientes y el Valle de Pichamán de Nirivilo.
“Yo les pido a los que provocan estos siniestros que tengan conciencia porque la escuela es riqueza, patrimonio, es un tesoro para los vecinos. Para todos los que viven y trabajamos aquí fue terrible, nadie se merece esto”, sentenció la directora Ingrid Rojas.
Fuente: Comunicaciones Corporación Chilena de la Madera.