Por Dr. Bernardo Morales Catalán, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central.
Nuevamente nuestro país se enfrenta ante una emergencia provocada por un desastre natural, como el ocurrido en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, donde lugares como Copiapó, Chañaral o Tierra Amarilla han sido devastados por las intensas lluvias y aluviones, dejando en aislamiento a parte importante de su población.
La ministra de Salud, Carmen Castillo, ya decretó alerta sanitaria para las comunas de Copiapó, Tierra Amarilla, Alto del Carmen y Diego de Almagro, expresando así la preocupación de la cartera por la situación de sus habitantes.
La alerta sanitaria permite proveer medidas extraordinarias en las zonas de emergencia para favorecer la salud de la población. Y es ahí donde es fundamental el accionar de los equipos de salud. La red de salud se preocupa de la atención de víctimas, contención sicológica, mantención de medidas higiénicas en albergues, prevención de brotes epidémicos a través de vacunación, provisión de agua potable y tratamiento de las basuras.
La alerta sanitaria se decreta en un contexto de postas rurales operativas, pero con problemas de accesibilidad, algunos hospitales evacuados y otros en funcionamiento, a pesar de tener daño estructural producto del temporal.
Ante la emergencia los equipos de salud locales deben entregar respuestas rápidas y eficaces, poniéndose en distintos escenarios, distribuyendo tareas y roles, e interactuando con otros sectores para enfrentar en forma eficiente la situación.
Fuente: Comunicaciones Universidad Central .