El mundo avanza rápidamente hacia una era de hiperconectividad, lo que supone un desafío importante para América Latina. Las dificultades para mantenernos conectados en materias aparentemente simples, como comprar alimentos sin salir a la calle, han quedado de manifiesto en mayor o menor medida con la pandemia.
Hasta hace poco, para nosotros era muy común ir a cualquier shopping. Hoy, estamos obligados a utilizar plataformas de compras online y no estábamos del todo preparados. Debemos determinar en qué punto de la innovación nos encontramos, qué debemos tener como empresa para vincularnos mejor con nuestros clientes y evitar a toda costa que los cambios que se están produciendo nos sigan sorprendiendo sin la infraestructura y sin la tecnología necesaria.
Las cifras son elocuentes: en el mundo, hay unos 15 mil millones de dispositivos de comunicación conectados, pero de ellos, solo 300 millones corresponden a Latinoamérica; es decir, apenas el 2% del total. Conceptos como hogares inteligentes y ciudades inteligentes están menos asentadas en esta parte del mundo, simplemente porque requieren más decisión, inversión y mirada de largo plazo.
Con esto, claramente el continente no está aprovechando todas sus potencialidades de desarrollo. Las empresas, al no estar plenamente en condiciones de adaptarse a las nuevas tecnologías y sus usos, no pueden ser todo lo productivas que podrían llegar a ser. Tampoco pueden digitalizar procesos ni responder con simultaneidad a las nuevas demandas de los mercados y crear productos y servicios de vanguardia. Sin conectividad, no podrá haber distribución de datos, no podría haber compartición de documentos ni compartición de información.
¿Cuáles son los pasos que deben adoptarse para ponernos a tono? Disponer, rápidamente, de aplicaciones, software a nivel de app y a nivel de software de gestión que puedan recopilar información y puedan sugerirnos puntos de mejoras. Para llegar a la hiperconectividad, necesitamos algo que suena simple: comunicaciones, infraestructura para guardar datos y analizarlos.
Fuente: Vía Central