Durante los primeros días de esta semana, Coyhaique, se posicionó como la localidad más contaminada por PM 2.5 en el mundo, superando a ciudades como Changde y Shizuishan, ambas de China y con más de 1 millón de habitantes cada una. Según el especialista en contaminación ambiental de la U. de Santiago, Patricio Pérez, es urgente atacar el problema que “tarde o temprano va a terminar pagando el Estado”.
Durante este lunes y martes la ciudad de Coyhaique, en la Región de Aysén, logró el poco favorable récord de ser la ciudad más contaminada del mundo por material particulado fino 2.5 (PM 2.5), según los registros de la Air Quality Index, que entrega en tiempo real un monitoreo de la calidad del aire de diversas ciudades en el planeta.
Según el organismo, a inicios de semana con más de 270 um/m3, se superaba por más de 40 puntos a las ciudades chinas de Changde, con más de un millón de habitantes y Shizuishan, con casi 400 mil. Muy distantes de los cerca de 60 mil personas que viven en la localidad chilena.
Se trata de una condición que duró sólo algunas horas, ya que afortunadamente para los habitantes de Coyhaique, la lluvia bajó los niveles críticos de contaminación. Es precisamente la polución ambiental la que provoca cerca de 4 mil muertes prematuras en nuestro país y es el PM 2.5 uno de los contaminantes más nocivos para la salud de la población.
Para el Coordinador del Centro Meteorológico y Ambiental de la Universidad de Santiago, Patricio Pérez, se hace urgente tomar acciones concretas para disminuir la contaminación en la zona, “porque hay que poner en una balanza los costos asociados a la mala calidad del aire para la población, que al final los termina pagando el Estado”.
Explica el experto que las condiciones topográficas de Coyhaique, hacen que sea un lugar “muy desfavorable para la dispersión de los contaminantes”, debido a que generalmente hay poco viento y es una ciudad que está rodeada de cerros y montañas.
Si a eso se suma que es una zona muy fría, “el uso de la calefacción por leña es muy intensa”. Esos factores se potencian para generar una situación “muy mala” desde el punto de vista de la calidad del aire, plantea el académico de la U. de Santiago.
Patricio Pérez es enfático en recomendar que se debe, en el corto plazo, tender a cambiar la leña por combustibles menos contaminantes, “como electricidad o el gas natural”. Complementa su idea, planteando que “probablemente desde un punto de vista del costo, es muy elevado en este momento, pero de alguna manera la situación debiera ir en esa línea”.
El académico de la Universidad de Santiago advierte que el Estado hoy o en el futuro tendrá que hacerse cargo de manera sustancial del problema. “O se subvenciona ahora, cambiando el tipo de calefacción en uso o lo va a pagar, en unos años más, con todas las atenciones en salud que tendrán que hacer para tratar a las personas afectadas por esta situación”.
Destacó, en todo caso, que dentro de las prioridades del Ministerio del Medio Ambiente para este año, está la situación particular de Coyhaique.
Finalmente, Patricio Pérez mencionó que la utilización del pellet de madera es una alternativa de eficiencia energética para el sur del país, aunque “es bastante más cara que la leña normal”.
Fuente: Comunicaciones USACH.