Un balance energético realizado recientemente indica que después de dos años de cambiar el diésel por gas licuado para el funcionamiento de sus hornos, la panadería Ralún de Maipú redujo en cerca de un 60% su emanación de material particulado; y en un 38% su emisión de CO2 anual.
Para Ralún la calidad de sus productos es muy importante, pero también lo es su compromiso con el medioambiente y con la comunidad donde está presente, por ello, decidió migrar su operación hacia un combustible más limpio. En un análisis comparativo, entre su gestión con diésel y su posterior cambio al gas licuado, pudo identificar una baja cercana al 38% en su emisión de CO2; además de una eficiencia energética de un 30% que incluye un ahorro aproximado de un 20% en la cuenta de energía.
El dueño de Panificadora Ralún, Abelardo Novoa, explica que este cambio realizado también trajo consigo un sistema que aportó a la rentabilidad del negocio. “La propuesta de Abastible fue una integración completa hacia la panadería, e incluía tanques y quemadores de hornos a gas licuado que redujeron mi cuenta en un 20% en comparación con los antiguos a diésel”.
Y agrega: “Tengo una energía más limpia que, además, me permite trabajar los 365 días del año; no así cuando usaba diésel y estaba con miedo a parar mi producción por los estados de emergencia y pre-emergencia que afectaban a la Región Metropolitana por contaminación atmosférica”.
El beneficio del cambio energético permitió mantener la productividad de los hornos y la calidad de su producto estrella, -la marraqueta premiada en 2011-, que según sus palabras, “está saliendo muy parejita y dorada” al usar gas licuado que genera una potencia de horneado más estable, asegurando siempre las kilocalorías que se programan.
“El proyecto de reemplazo de combustible de diésel a gas licuado, que desarrollamos para Ralún, ha potenciado su eficiencia energética y la reducción de emisiones de su operación, además de fortalecer su productividad al no estar sujeta a restricciones de funcionamiento por estado de pre o emergencia ambiental. Estas ventajas se complementan con el aseguramiento en la continuidad operacional que brindamos con nuestro servicio de pedidos programados que evita el desabastecimiento de gas licuado y facilita que una industria tan intensiva y necesaria como ésta, nunca pare”, comenta Ignacio Mackenna, gerente de Ventas Granel y Soluciones Energéticas de Abastible.
El compromiso medioambiental de Panificadora Ralún, además, la llevó a obtener en 2020 la certificación de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, al cumplir la totalidad de las metas del Acuerdo de Producción Limpia (APL), firmado en 2015 con la entidad gubernamental y articulado por la Asociación Gremial de Industriales del Pan (Indupan).
Fuente: Agencia Samara