- Un aumento importante de polillas se ha visto en Santiago en las últimas semanas. Los expertos creen que se debe a un alza en las temperaturas y a que este invierno fue un poco más lluvioso, lo que permitió que las larvas tuvieron más plantas para alimentarse en parques y jardines. Sin embargo, enfatizan que no hay que matarlas porque hacen un trabajo de polinización que solo puede realizarse de noche.
Las polillas, o mariposas nocturnas, generan sensaciones diversas en las personas, vinculadas, en su mayoría, a un cierto desagrado. Pero el trabajo de polinización nocturno que realizan es imprescindible para otras especies. De ahí a la importancia de conservarlas, sobre todo ahora que Santiago presenta un aumento importante de estos insectos en esta temporada.
Las polillas aumentan su presencia en la primavera, cuando estas retoman su desarrollo después del invierno, explica Tania Zaviezo, entomóloga y académica de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal. “Lo que ocurrió este año, y ha ocurrido en otras ocasiones, es que dado las lluvias del invierno y primavera, había mucha vegetación natural creciendo en los alrededores, por lo que hubo más alimento para sus larvas y por lo tanto una gran sobrevivencia temprano en la primavera, generando una población más alta de adultos, que son las polillas que estamos observando ahora, y que se atraen a las luces”, sostiene la profesora.
La polilla de la ropa (Tinea pellionella y Tineola bisselliella) son de la familia Tineidae y como adultos miden un cm o menos. Aquellas que atacan los productos almacenados son típicamente de la familia Pyralidae, también son pequeñas, pero con las alas extendidas son algo más grandes que las de la ropa. En el caso de las que han aumentado ahora, cuyas larvas se alimentan de vegetales, son una variedad de especies, en su mayoría de la familia Noctuidae, midiendo dos o más centímetros y con las alas extendidas cuatro o más centímetros.
“Es importante mencionar que esto no es una ‘invasión’ como se ha dicho, ya que no corresponden a nuevas especies en nuestro territorio, y la gran mayoría son nativas”, destaca Zaviezo.
Las reinas de la noche
Las polillas son mariposas y, como buenas mariposas, son excelentes polinizadoras. Esto quiere decir que las polillas son importantes a la hora de la reproducción de las plantas. Además, hay plantas que se polinizan de noche, entonces, es muy importante que hayan mariposas, porque en la noche las abejas no cumplen este rol.
“Las polillas son parte de una comunidad de especies conectadas, y tienen muchos roles en los ecosistemas. Por una parte, sus larvas consumen vegetales regulando sus poblaciones, lo cual sería beneficioso en el caso de malezas. A su vez, tanto las larvas como los adultos pueden ser alimento de otras especies, como las aves. Por otra parte, los adultos de lepidópteros son importantes polinizadores de flores”, asevera Tania Zaviezo.
La investigadora enfatiza que muchos tipos de insectos han estado disminuyendo sus poblaciones de manera importante, por lo tanto, en vez de eliminar estas polillas, muchas de ellas nativas y únicas, deberíamos tratar de conservarlas.
Algunas recomendaciones prácticas
- Si va a abrir las ventanas, mantenga las luces apagadas para no atraerlas al interior de la casa.
- Prender luces afuera de la casa para atraerlas al exterior.
- Instalar mallas que permitan aislar de alguna forma el lugar y que impidan que ingresen polillas, zancudos y otros insectos u organismos.
- No matarlas, si no que atraparlas y liberarlas fuera de la casa.
- Estas especies son una fuente importante de proteínas, por lo que nuestros gatos y perros no sufren daños cuando se las comen.
- Las polillas que estamos viendo estos días no comen ropa ni alimentos de la casa.
¿Temor irracional?
Félix Bacigalupo, psiquiatra y académico de las escuelas de Medicina UC y Psicología UC, analiza por qué algunas personas sienten miedo ante las polillas que entran en sus casas: “Las fobias están descritas dentro de los trastornos de ansiedad. Hay fobias a muchas cosas. Se describe como una sensación de miedo irracional al objeto de la fobia, la persona siente ansiedad, se le puede acelerar el corazón, incluso tiene el pensamiento de que eso le va a hacer daño”.
Explica que cada fobia debe estudiarse de manera independiente y varía de persona a persona, pero alguien que tenga fobia a las polillas puede angustiarse, sentir que le van a hacer daño. Por ejemplo, si están en cierta parte de la casa va a evitar ir a ese lugar. “Si cree que hay polillas en el clóset, no va a abrir la puerta o no va a querer abrir la puerta de la casa en cierto horario”, explica.
“Las razones por las que algunas personas tienen determinadas fobias pueden ser muy variables. Por ejemplo, puede tener miedo a todos los perros porque cuando era niño lo mordió un perro. Es común que detrás de cada fobia haya una causa. En el caso de las polillas, podría existir una generalización, que la persona tenga una mala experiencia con otro insecto y lo generalice hacia todos los insectos, incluyendo las polillas”, declara Bacigalupo.
El académico explica que la reacción ante un fenómeno de este tipo también va a depender del estado emocional en que uno se encuentre. Actualmente en medio de una pandemia es probable que uno se encuentre en un estado emocional de vulnerabilidad. Además, señala que, como en todo cuadro ansioso, hay que ir a tratamiento cuando esto interfiera con la vida diaria.
Fuente: UC