Con hielo o sin hielo, a temperatura ambiente, con agua o mixers, son algunas de las múltiples formas en las que se puede beber este clásico destilado. Lo importante, es atreverse.
El whisky es uno de los destilados más requeridos actualmente y el mercado ha crecido considerablemente, por lo que sus precios también son cada vez más accesibles. Pero las distintas formas de beberlo, generan cuestionamientos sobre si existe una forma correcta de disfrutar y apreciar el sabor de este distinguido licor.
En este punto, el enólogo de Concha y Toro, Mario Álvarez, asegura que no existe una forma correcta, pues “al ser un alcohol tan amable y de primerísima calidad, permite disfrutarlo como más placentero sea para cada uno”, afirma el especialista.
Eso sí, indica que existen consideraciones que pueden ayudar a que la experiencia del disfrute sea aún mayor:
- Los más puristas plantean que se debe beber solo, sin nada más, para así disfrutar sus distintos aromas, como su complejo y elegante sabor.
- Otros proponen adicionar gotas de agua, estas deben ser de buena calidad (no de la llave), ello permitirá que se expresen otros aromas y sensaciones.
- Con hielo, nuevamente es muy relevante la calidad del agua para no dañar la calidad del whisky. Idealmente el hielo debe ser de gran tamaño, para evitar una dilución excesiva, la cual debe ser gradual, con ello refrescamos el whisky despertando otra paleta aromática y de sabores.
- Finalmente, en mezcla, acompañando el mixer preferido de cada uno. Hoy existe un gran abanico de posibilidades, ya que la mixología potencia el placer, en la experiencia del beber.
A recomendación del enólogo, uno de los whiskies que ha destacado en el último tiempo es The Guiligan’s Distinguished, 100% escocés, con una combinación de 10 maltas seleccionadas de diversas regiones de Escocia y granos de primera clase, añejado en antiguas barricas de bourbon. De aroma fino y distinguido, con notas especiadas que fusionan suavemente con la barrica, su sabor es suave y cremoso, muy bien acompañado por notas de caramelo y pimienta negra, de final fresco y persistente que recuerda a leves tintes de naranja.
Sobre cómo beber este tipo de whiskies, Mario Álvarez recomienda:
Al momento de servir debe ser a temperatura ambiente, siempre y cuando esté en torno a la temperatura de conservación, que es entre 18-20°C. De no ser así, es recomendable enfriar para disfrutar de sus atributos, esto es válido para degustar puro, ahora si le añadimos hielo, podríamos mantenerlo en frío unas horas antes.
El rol del hielo es muy relevante, asegurando “que entrega una versión más fresca, despierta otra gama aromática y de sabores en el whisky, pero debe ser idealmente de gran tamaño para que perdure y nos acompañe en cada sorbo y no sea solo la dilución de este destilado”.
Respecto a la coctelería, el enólogo recomienda todas y cada una de ellas, desde el whisky sour, pasando por su variante más actual como el Mule, o los clásicos de siempre. El objetivo, es encontrar el punto de encuentro perfecto entre el cóctel a disfrutar, la ocasión de consumo, y el degustador, debiendo ser siempre una experiencia placentera.
Y para quienes quieren iniciar el camino de la degustación de whisky, o los que buscan especializar su paladar tratando de identificar uno de buena calidad, el enólogo de Concha y Toro, advierte que no puede ser un golpe de alcohol que gobierne todo, a su juicio debe ser amable, tanto en nariz, como en boca.
El aroma es un punto clave a la hora de decidir, buscar complejidad aromática y balance con el sabor. Sin embargo, la invitación del especialista es atreverse y llegar a una mezcla perfecta que sea personal, entregando la mejor experiencia para disfrutar el whisky.
Fuente: E-Press