- Investigación permite caracterizar patrones similares del comportamiento de los tsunamis en las costas de Chile. Esto ayudaría a desarrollar mejores cartas de inundación, sistemas de alerta y protocolos de evacuación.
Tras una investigación realizada en el norte del país, investigadores chilenos y japoneses identificaron patrones de similares características entre los tsunamis registrados en Pisagua hace poco más de un año y el que afectó la zona centro sur del país el 27 de febrero de 2010.
Los resultados del estudio, publicados en la prestigiosa revista Geophysical Research Letters de la Unión Geofísica Americana, son considerados valiosos para comprender este tipo de fenómenos en las zonas costeras de Chile, según sus autores, porque permiten mejorar las estimaciones de las posibles áreas de inundación y el diseño de los sistemas de alerta temprana para evacuar a la población.
“La catástrofe ocurrida en Pisagua se relaciona con lo observado durante el 27F. Gracias al trabajo efectuado en el norte, pudimos comprobar en terreno los tiempos de arribo del tsunami luego del terremoto y confirmar que la primera ola no es necesariamente la más importante, porque aún existiría mucha energía atrapada en la costa, lo que explica la peligrosidad de un maremoto varias horas después de ocurrido el movimiento sísmico”, explicó Rodrigo Cienfuegos, profesor de Ingeniería de la Universidad Católica (UC) y director del Centro de Investigación de Desastres Naturales (CIGIDEN).
El ingeniero UC destacó que dicho fenómeno registrado en ambos eventos, puede ocurrir nuevamente en Chile. Agregó que esta situación obliga a incluir los posibles tiempos de arribo de las olas en las cartas de inundación, con el propósito de mejorar el diseño de los sistemas de alerta y protocolos de evacuación.
Otro de los investigadores de CIGIDEN que lideró el estudio, el ingeniero Patricio Catalán, precisó que los patrones comunes de comportamiento identificados en los tsunamis también fueron analizados en detalle a través de los registros de la red de mareógrafos del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).
“Todo esto nos permitió validar modelos numéricos que nos ayudan a comprender mejor el fenómeno, especialmente la energía atrapada que hace que la duración del período de actividad del tsunami sea mayor”, añadió el académico.
El trabajo científico en el norte cubrió más de 300 kilómetros del borde costero comprendido entre Arica y Chipana. En esta extensión, se realizaron 45 mediciones para identificar las trazas que dejó el tsunami de Pisagua, mediante instrumentos láser y GPS, entre otros.
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