La encargada de la unidad, Karin Baeza, descartó que la política provocara una paradoja, al corregir en sentido inverso producto la alta votación por mujeres en los comicios del fin de semana. A su juicio, el mecanismo propendía a generar las condiciones para la participación igualitaria de los géneros, “por lo que funcionó correctamente”, consideró.
Luego de un fin de semana de elecciones de convencionales constituyentes, entre otros cargos, polémica causó la corrección de género que debió aplicarse en estos comicios, dada la alta votación de mujeres. Dicha corrección terminó beneficiando a candidatos hombres, para alcanzar así el equilibrio que la ley estipulaba.
Para la socióloga y directora del Dirección de Género, Diversidad y Equidad (DGDE) de la Universidad de Santiago, Karin Baeza, esta consecuencia no implicaría una paradoja, ya que lo que se buscaba era generar las condiciones para la participación igualitaria de los géneros en el proceso eleccionario.
“Es engañoso hablar de ‘paradoja’ para referirse a la paridad y a las correcciones que se hicieron en base a esta”, afirmó. “La paridad está orientada a construir un equilibrio en la toma de decisiones, a diferencia de lo que históricamente había ocurrido, que era que el poder lo habían detentado los hombres”, explicó.
Baeza insistió en que el principio de la paridad es “borrar el impacto que tiene la discriminación de género y la sobrerrepresentación que esta desigualdad estructural genera en la esfera pública”. A su vez, valoró que el mecanismo influyera en “potenciar liderazgos de mujeres que se presentaron en mayor número en esta megaelección”.
Un panorama esperanzador
Por otra parte, la directora del DGDE de la Usach resaltó las nuevas líderes femeninas y feministas, que “mostraron de verdad que no sólo son liderazgos políticos testimoniales, sino que son opciones competitivas y reales, muchas de las cuales obtuvieron mayoría y altas votaciones”.
“El panorama es esperanzador. Un cambio importante del escenario político y de la forma de hacer política, más representativo de lo que somos como país, más diverso y un mejor espejo de Chile: con presencia de partidos políticos más jóvenes, con una intención de crear otra cultura partidaria, y representantes de las organizaciones sociales, de la sociedad civil, cuyo protagonismo está marcado por correr los márgenes de los temas que se instalan en el debate público”, sostuvo.
“Más allá del número de mujeres electas, son los temas que esos movimientos instalaron en la agenda territorial y constituyente”, afirmó. Entre estos, temas como los derechos sexuales y reproductivos tratados “desde la experiencia de las propias candidatas”.
“Las mujeres y las feministas dejaron de ser un peligro para la política o un acompañamiento para cumplir con una norma. Ahora, las vemos como protagonistas, como lo han sido siempre, pero reconocidas en el debate público”, concluyó.
Fuente: Usach.