Casi a diario escuchamos que los océanos están en problemas por la sobrepesca, el deshielo de los glaciares, la subida de los mares, la acidificación de las aguas, la expansión de las zonas muertas y el aumento de los desechos marinos, son solo algunas de las problemáticas.
Sin embargo, lo que se pierde en estos titulares, es el hecho fundamental de que los océanos son el mayor sistema de apoyo a la vida en el planeta y una parte clave a la solución global de los daños causados por las emisiones de dióxido de carbono. Por su tamaño y gran superficie en la tierra, los océanos proporcionan el 99% del espacio habitable de la tierra, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De hecho, su temperatura, composición química, corrientes y vida mueven sistemas mundiales que hacen que el planeta sea apto para la humanidad. Al representar alrededor del 70% de la superficie del planeta, sirven de amortiguador del calentamiento global, pero están siendo amenazados por nuestra actividad humana y consumismo desatado.
La salud de los océanos es vital cuando pensamos que influyen en los fenómenos meteorológicos, regulando el clima y produciendo el oxígeno que respiramos, pero aún así vemos como, según estudios de Greenpeace, han absorbido más del 93% del calor extra producido por el ser humano desde los años 70.
Si a esto sumamos la contaminación de plásticos que se acumulan en grandes masas, se crea rápidamente una capa aislante que eleva la temperatura del agua, causando un desajuste en el ecosistema. Esto, acoplado con el riesgo a la vida marina, hace que la situación sea aún más preocupante.
Como empresa pionera de belleza sustentable, en Natura luchamos todos por ser una marca que aporta más belleza al mundo, invitando a que juntos hagamos de este un mundo más bonito. Cuidando siempre los residuos que eso conlleva nos guiamos bajo la causa “más belleza, menos residuos”. Con esa consigna lanzamos la opción de tener envases de repuestos y ya dos líneas completas, Tododia y Ekos, hechas 100% de material PET reciclado. Y aunque la situación puede parecer sombría, si queremos un planeta saludable para nuestras familias y generaciones futuras, necesitamos un océano sano y funcional que resista los impactos negativos del cambio climático. Si todos sumamos nuestras elecciones cotidianas, aún estaremos a tiempo para cambiar el escenario. Un acto tan sencillo como reutilizar y separar correctamente los residuos en nuestros hogares es fundamental para evitar que su destino sean rellenos sanitarios, vertederos a cielo abierto o que terminen en nuestros océanos. Hagamos que nuestra huella sea positiva.
Fuente: Voxkom