El galardón recayó este año en Mireya Baltra, dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), miembro del Comité Central del Partido Comunista y la primera mujer en ocupar el cargo de ministra del Trabajo y Previsión Social durante el gobierno de Salvador Allende.
Este estímulo destaca la trayectoria de dirigentes sindicales que han luchado por el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores.
Este mediodía, la Jefa de Estado, Michelle Bachelet, acompañada por la ministra del Trabajo y Previsión Social, Ximena Rincón, hizo entrega del premio “Manuel Bustos Huerta”, en una ceremonia que se realizó en el Patio de Las Camelias del Palacio de La Moneda. Este estímulo fue creado en el 2001 por el ex Presidente Lagos, como una manera de destacar a dirigentes sindicales que han luchado por el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. El nombre del condecorado es propuesto a la Presidenta de la República por un grupo conformado por el ministro del Trabajo, parlamentarios, representantes laborales y otros actores sociales.
En esta oportunidad, el galardón recayó en Mireya Baltra, de 83 años, quien a lo largo de su vida se ha desempeñado como suplementera, reportera de la revista “Vea”, columnista de “El Siglo”, “El Espectador” y “La Última Hora”, socióloga y fue diputada en dos períodos, entre 1965 y 1972 y en 1973.
La Mandataria la destacó como “una tremenda mujer, una luchadora que marcó nuestra historia común y que mostró con su ejemplo de vida, el valor de las convicciones para portar las banderas de la dignidad y de justicia”.
Fue parte del Sindicato de Suplementeros y encargada del Departamento Femenino de la agrupación, siendo más tarde promovida a la Federación del mismo gremio. En 1962 ingresó a la dirigencia de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y en 1963 logró la votación necesaria para ocupar el cargo de regidora por Santiago hasta 1967. Ese mismo año asumió la presidencia del Comando Nacional de Jardines Infantiles, que dio origen a la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI). Dos años después, en 1969, asumió como miembro del Comité Central del Partido Comunista.
En 1971 participó junto al partido Socialista en la creación del Frente de Mujeres de la Unidad Popular, ocupando el cargo de secretaria general, y fue llamada por el Presidente Salvador Allende Gossens para ocupar la cartera de Trabajo y Previsión Social. Fue la primera mujer en Chile y América Latina en ser ministra. Después del golpe militar, se asiló en octubre de 1973 en la Embajada de Holanda durante 9 meses, y en julio de 1974 se fue exiliada a ese país, durante un año. Luego partió a Praga, Checoslovaquia, donde permaneció desde 1975 hasta 1984, trabajando en la Federación Sindical Mundial, organismo que representaba a los países socialistas y a otros movimientos sindicales de América Latina.
Además, entre 1984 y 1987 vivió en Cuba, donde trabajó en la Federación de Mujeres Cubanas, con Vilma Espín de Castro, la mujer de Raúl Castro, presidente del Consejo de Estado de Cuba. En 1987 regresó a Chile, internándose de forma clandestina a través de la Cordillera de Los Andes. Sin demora se presentó en los Tribunales de Justicia, siendo relegada por un período de tres meses a Puerto Aysén.
En la década del 90’, siempre apoyada por el Partido Comunista, intentó retomar la actividad parlamentaria en las elecciones de diputados de 1993 y de senadores de 1997. El 30 de octubre de 2008 fue premiada por el Servicio Nacional del Adulto Mayor, Senama, por su “Trayectoria a la Mujer Mayor”, ceremonia celebrada en el Museo Histórico Nacional.
“Su lucha por la justicia no se detuvo tampoco tras el golpe, porque durante la dictadura fue un rostro permanente en actividades políticas de denuncia, de organización y de resistencia. Y ya recuperada la democracia, ha seguido encarnando el mensaje del mundo popular y la demanda por mayor justicia social”, indicó la Jefa de Estado. Y agregó que “la historia de Mireya es una inspiración, un ejemplo, y la podemos ver en una mirada muy aguda del mundo y en la llama viva de lo que han sido siempre sus ansias de libertad y justicia”.
La Presidenta de la República recordó a quien da el nombre a este premio, Manuel Bustos Huerta, un obrero luchador que defendió los derechos de los trabajadores tanto en dictadura como en democracia.
Al término de su discurso, la Mandataria subrayó que “esta medalla y este diploma son un reconocimiento a una vida de esfuerzo y una incansable labor por los menos favorecidos de la sociedad. Es la manifestación de nuestro compromiso como Gobierno con su legado, con el de tantos y tantas que nos han hecho avanzar en las conquistas sindicales, sociales y políticas”.
Fuente: Prensa Presidencia de la República de Chile.