Actualmente existen varias tecnologías que han sido y están siendo probadas por la industria salmonicultora de Magallanes con la finalidad de que el fondo marino esté en el mejor estado posible. Un sistema robótico que lleva nanoburbujas de oxígeno a las profundidades es uno de los ejemplos de estas innovaciones.
Un sistema robótico que desde la plataforma de una embarcación lleva nanoburbujas de oxígeno al fondo marino, es una de las tecnologías que han desarrollado varias empresas, como Kran y Chucaotec, logrando así implementar exitosamente en la industria salmonicultora de Magallanes y de otras regiones, un mecanismo efectivo para prevenir y recuperar el impacto de la actividad salmonera en los ecosistemas oceánicos.
Jaime de la Cruz, sociofundador de Kran, explica que desde hace cuatro años vienen desarrollando la tecnología de las nanoburbujas, que asegura “es muy incipiente en el mundo y ha dado excelentes resultados para la recuperación de los fondos marinos”. A través de su proyecto FONSA (Fondos Marinos Sanos), las nanoburbujas, que son del tamaño de un microorganismo, aumentan la capacidad de saturación en líquido, incrementando en más de miles de veces la superficie de contacto en comparación con una burbuja normal, quedando éstas suspendidas durante semanas. Además, otra de sus propiedades es que la carga negativa que genera una gran presión interior ayuda a la sanitización. “Con todo lo anterior se acelera el proceso natural de intercambio de oxígeno en el fondo marino, por medio de una mayor saturación de O2 que permanece en el medio, interactuando así con el lodo, microorganismos y la columna de agua, proceso que realizamos a través de la única máquina generadora de nanoburbujas desarrollada en Chile y certificada por la FBIA (Fine Bubbles Industries Association). Gracias a esta tecnología aceleramos el proceso natural de recuperación del fondo marino con un método 100% sustentable”, aseguró De la Cruz.
Por su parte, Paulo Jorquera de la empresa Chucaotec, cuenta su innovador proyecto: “Implementamos un modelo que revela dónde cayó el carbono que aportó el centro y que nos indica dónde debemos instalar los equipos para aplicar nanoburbujas y mejorar la situación del fondo marino”. Destaca que para trabajar en cada centro de cultivo, ellos deben contar con la autorización respectiva de la Subsecretaría de Pesca y de la Seremi de Medio Ambiente, quienes se aseguran que la implementación de las nanoburbujas se hará correctamente, no arrastrará sedimentos y no traerá consecuencias negativas al fondo marino.
Cristian Kubota, gerente general de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, asegura que desde el gremio están en permanente búsqueda de innovaciones para avanzar hacia estándares más sostenibles. “Nuestros socios han colaborado rigurosamente con las autoridades para llevar a cabo proyectos como el de nanoburbujas, porque creemos que es absolutamente necesario y posible mejorar los procesos para mantener los fondos marinos sanos. Tenemos el compromiso de llevar el salmón magallánico a un nuevo estándar de sostenibilidad en Chile y el mundo y, por eso, la industria local ha impulsado una serie de avances, muy superiores incluso a los implementados en países como Noruega u otros, donde también está presente la actividad productiva. Queremos que la tecnología usada en la salmonicultura en Magallanes sea un referente”, añadió Kubota.
Tal como destacó Jaime de la Cruz, ahora “el camino va en la dirección de cómo hacemos que una actividad tan enriquecedora e importante para la zona, logre cumplir los más altos estándares. En Chile estamos incluso más adelantados en esta temática que países que parecían ser potencia, y es muy bueno que así sea y se generen las plataformas para que chilenos y tecnologías nacionales se transformen en referente mundial”.
Fuente: Vital comunicaciones.