Uruguay es el que mejores condiciones presentó ante el contexto Covid y la necesidad de implementar un sistema de educación a distancia. Según el informe, la proactividad del cuerpo docente y la inversión en infraestructura fueron vitales para asegurar la continuidad educativa en la pandemia.
Santiago, 8 de noviembre.- Un estudio desarrollado por el Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe, SUMMA, y el Centro de Investigación para la Transformación Socio-Educativa (CITSE) de la Universidad Católica Silva Henríquez, destacó a Chile como uno de los países latinoamericanos con condiciones tanto docentes como tecnológicas para enfrentar la pandemia en la implementación de un sistema educativo remoto.
La investigación “Experiencias de desarrollo profesional docente en contextos Covid19 y su vinculación con tecnologías digitales”, que se llevó a cabo entre enero y junio de 2021 y fue financiado por la Coalición TDP @ Scale for the Global South, examinó 15 experiencias docentes poniendo especial atención a los procesos de aprendizaje profesional y su vinculación con el uso de tecnologías digitales en cinco países de América Latina y el Caribe: Chile, México, Colombia, Honduras y Uruguay.
Los países fueron seleccionados con el fin de representar diversidad de contextos y respuestas a la continuidad educativa, a través de una tipología basada en dos índices que recogen variables claves para el tránsito a la educación remota: i) las condiciones tecnológicas iniciales existentes a nivel nacional y ii) las condiciones docentes previas a la irrupción del Covid-19.
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Índice de condiciones docentes |
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Alto |
Medio alto |
Medio bajo |
Bajo |
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Índice de condiciones tecnológicas iniciales |
Alto |
Uruguay |
Chile Argentina |
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Medio alto |
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Costa Rica Panamá |
Colombia
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Medio bajo |
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México Perú República Dominicana |
Ecuador |
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Bajo |
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Paraguay |
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Honduras Guatemala |
Entre los principales resultados que se mostraron, se destacó que los contextos donde los docentes trabajan dan cuenta de la diversidad de prácticas educativas e integración de las tecnologías, previo a la pandemia. Los aspectos más relevantes son las experiencias formativas en el uso de tecnología, las condiciones de equipamiento y conectividad, y los modelos pedagógico-curriculares y el rol de tecnologías para la enseñanza.
Según Álvaro González Torres, investigador del CITSE, el estudio muestra “la variedad de estrategias de aprendizaje profesional en el contexto de la enseñanza remota”. “De acuerdo con las condiciones estructurales y profesionales de cada contexto local y nacional, la investigación destaca varios casos informales y, a menudo, no estructurados de aprendizaje de pares o auto-aprendizaje”, agregó.
“Los problemas de desigualdad en América Latina, en términos de brechas digitales y recursos educativos y oportunidades, han condicionado la respuesta de los docentes a la enseñanza remota y ayuda a explicar las diferencias de aprendizaje logrados por los estudiantes con apoyo de sus profesores”, señaló Dante Castillo, director del área de innovación de SUMMA.
Asimismo, el rol del docente y su proactividad han sido vitales para esta experiencia. Los resultados del estudio muestran que éstos se movilizaron en búsqueda de soluciones en respuesta a desafíos asociados al cierre de escuelas, aprovechado las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para apoyar la enseñanza y el aprendizaje, mantener la comunicación con las familias y facilitar el trabajo con otros docentes. No obstante, se presentan obstáculos relacionados con condiciones de conectividad, dominio de TIC, el efecto negativo de la educación remota en los estudiantes y en los docentes.
En línea con lo anterior, y luego de analizar los contextos tanto tecnológicos como docentes previos y durante la pandemia, los aprendizajes y lecciones de las experiencias docentes son proyectados con una fuerte incidencia en la política educativa para generar transformaciones relevantes post-pandemia. Destacan el aumento en inversión e infraestructura tecnológica en educación, la introducción de TIC en la formación inicial y continua del profesorado, la priorización de experiencias formativas experienciales, situadas y colectivas, y el fortalecimiento de la carrera profesional docente que entregue condiciones adecuadas para su ejercicio y valoración social.
Fuente: UCSH