– Miguel Fernández, meteorólogo y académico de la PUCV, estima que “definitivamente” las altas temperaturas de la actual primavera no son normales y aconseja a la población para la estación entrante.
Se acerca el verano y los expertos ven con preocupación las altas temperaturas. La primavera que culmina se marcha tras calurosos días en todo el país, una situación que para los expertos no reviste ninguna normalidad.
Miguel Fernández, meteorólogo y académico de la Escuela de Ciencias del Mar de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), pone el acento en el cambio climático. “Definitivamente las temperaturas de la primavera no fueron las habituales. En los últimos años ha habido una clara tendencia hacia los fenómenos de temperaturas extremas, todo lamentablemente acorde al cambio climático”, enfatiza.
Para el especialista, las condiciones climáticas que se han experimentado durante los últimos años en Chile no responden específicamente a los fenómenos de El Niño o La Niña, sino a cómo éstos interactúan con los cambios climáticos que afectan al planeta.
“Estos fenómenos se ven afectados por el cambio climático y no al revés. Si bien el fenómeno del Niño históricamente había mantenido una frecuencia de 3 a 7 años, en el último período ha predominado la Niña y sus efectos de sequía”, explica Fernández. “Catalogar a uno como más dañino que el otro sólo depende de la intensidad con que ocurran”, acota.
Y aunque el especialista destaca que “un fenómeno del Niño intenso puede ocasionar grandes inundaciones y deslizamientos de tierra que podrían causar pérdidas de vidas y millonarios perjuicios económicos”; y que “una sequía extrema o heladas extremas como suelen ser los inviernos con presencia de la Niña también puede ser desastroso”, puntualiza que, este año, “de acuerdo a los pronósticos, nos encontramos en la fase fría moderada de la Niña, transitando hacia un estado neutral”.
Por lo mismo, de cara al verano que se inicia la próxima semana, Fernández recomienda a las personas la ingesta constante de agua y también el uso frecuente de protector solar. “Y por supuesto cuidar el agua. Es un bien limitado y el mal uso puede traer consecuencias muy graves, sobre todo si se mantiene la actual tendencia de bajas precipitaciones invernales”, sentencia.
Fuente: PUCV