Investigación realizada por estudiantes del Departamento de Ingeniería Geográfica de la Universidad de Santiago analizó la distancia que deben recorrer los votantes de la comuna de San Miguel, utilizando información proporcionada por el Servel.
A vísperas de las elecciones de la segunda vuelta presidencial y ya con el antecedente de que en la primera participó una cifra menor a la del Plebiscito de 2020, un estudio realizado por las estudiantes Tamara Sawady y Andrea Alvarado, del Departamento de Ingeniería Geográfica de la Usach, instó a redefinir la distancia entre los electores y sus locales de votación, a fin de facilitar el acceso al proceso democrático.
“Esto nació en base a nuestras experiencias a la hora votar y de lo lejos de los locales de votación que nos correspondían, siendo que teníamos locales mucho más cercanos.”, apuntó Sawady. “En nuestras familias, teníamos que hacer un recorrido casi a nivel de comuna para poder votar todos en sus colegios, a pesar de tener varios cerca. Conversando con otras personas pasaba similar, al punto que varios afirmaron no querer ir”, señaló Alvarado.
Estudio
Utilizando información proporcionada por el Servicio Electoral (Servel), la investigación georreferenció la cantidad de votos emitidos por mesa con la distancia promedio de los electores que estaban asignados a cada una, en la comuna de San Miguel. Al respecto, constató que la demanda de mayor movilidad de los electores se cubre con una amplia utilización de los sistemas de transporte habilitados, lo que aumenta el tráfico e, incluso, genera congestión.
“La distancia que cada elector debe recorrer a los locales de votación tiene efectos significativos y negativos en la participación”, concluye el estudio. “Una asignación basada en la distancia disminuye la movilidad, trayendo consigo beneficios a la población en un proceso de esta importancia. En el escenario de redistribuir a los votantes, se observa una disminución del tiempo total del sistema de un 40,6% y en el caso del escenario donde además de optimizar la asignación, se optimiza la selección de los locales a utilizar, esta disminuye en un 67,5% el tiempo total del sistema”, explica.
“Esta disminución en el tiempo es un efecto directo de la modificación de las distancias, encontrando, en el mejor caso, que la distancia máxima entre un votante y su local de votación baja desde 4.000 a 1.800 metros. Además, esto conlleva una disminución en el flujo promedio del sistema en un 67% en el primer escenario y de un 87%, en el mejor escenario”, agrega.
“Si bien dentro de las leyes actuales (Ley N°18.700) se toman medidas que buscan
la disminución de la distancia a recorrer por los electores, como la creación de
circunscripciones, subdividiendo en áreas a las comunas; no existe una metodología
definida para implementarlas. Actualmente, la asignación a cada elector de los locales de votación se realiza de forma aleatoria asignando a los electores a las mesas dentro de la circunscripción a la que pertenecen, asignando posteriormente dentro de los posibles locales de la circunscripción, sin consideraciones geoespaciales”, explica.
Proyecciones
El jefe de la carrera de Ingeniería Civil Geográfica de la Universidad de Santiago y experto en transporte y logística, Marcos Medina, fue el guía de la investigación y explicó que considerar la distancia “ayudaría a todos los adultos mayores y a todas las personas con movilidad reducida”, sostuvo.
Finalmente, el académico adelantó que el objetivo es replicar este trabajo en otras comunas de la ciudad, en regiones y comunas rurales. “En Chile, actualmente, se crean circunscripciones con el fin de disminuir la distancia. Sin embargo, esto no se realiza de manera estándar en las comunas”, concluyó.
Fuente: USACH