- En relación al acuerdo entre la CPC y dirigentes sindicales sobre la iniciativa, el psicólogo organizacional y académico de la Usach, Raúl Berríos, destaca el caso de Islandia, que ha ido reduciendo la jornada laboral de manera progresiva y con buenos resultados en productividad.
Esta semana y ante la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, personeros de la Corporación de la Producción y el Comercio (CPC), la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH), la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y la Central Autónoma de Trabajadores de Chile (CAT) presentaron su respaldo al proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral a 40 horas.
Para el psicólogo y académico de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Universidad de Santiago de Chile, Raúl Berríos, uno de los aspectos destacables de la noticia es que apunta a abordar ante la opinión pública temas técnicos importantes para el país.
“Existen numerosas experiencias, en distintas partes del mundo, que muestran que, efectivamente, la reducción de la jornada laboral mejora el bienestar y la satisfacción de las y los trabajadores, de eso no hay ninguna duda”, aseguró el doctor en psicología y experto en el estudio de las emociones y las relaciones interpersonales en las organizaciones y las dinámicas de los equipos de trabajo.
El especialista apuntó, principalmente, a la experiencia de Islandia. Empleados del sector público del país europeo participaron en dos grandes ensayos entre 2015 y 2019, trabajando entre 35 y 36 horas semanales sin que les redujeran el sueldo, en vez de las 40 que comprendía su jornada normal.
Los investigadores comprobaron que la productividad se mantuvo o, incluso, mejoró en la mayoría de los lugares de trabajo, y llevó a los sindicatos a negociar nuevos patrones de trabajo. “Islandia es un país mucho más pequeño que Chile, pero que tiene en común niveles de productividad muy bajos en comparación a sus vecinos en Europa. Trabajaban mucho y producían muy poco”, explicó.
“Ellos empezaron con un plan de implementación de reducción de la jornada laboral de manera progresiva en el sector público y han ido avanzando en todos los sectores productivos del país, con algunos muy buenos resultados en términos de satisfacción y bienestar, y, también, en términos de productividad”, afirmó.
Hasta mediados del año pasado, al menos, las cifras indicaban que el 86% de la fuerza laboral islandesa decidió o tendrá derecho a trabajar menos horas por el mismo sueldo. “Si esto se implementa de forma paulatina y manteniendo este diálogo entre sindicatos de trabajadores, entidades de Gobierno y los gremios empresariales, muy probablemente, no solo se verán beneficiados las y los trabajadores, sino que, en último término, la productividad del país, que es un desafío que a todos nos interesa”, concluyó.
El documento suscrito por la CPC y dirigentes sindicales, de hecho, plantea que “es posible que las empresas no puedan reducir de manera inmediata la jornada ordinaria a 40 horas y requieran de un período de ajuste, por tanto, creemos necesaria una gradualidad, lo que debiera facilitar que las empresas puedan tomar resguardos organizacionales que les permitan adaptarse”.
Fuente: Usach