- Análisis de IPSUSS de la U. San Sebastián señala que la capacidad de los pabellones aún no recupera los niveles de disponibilidad que presentaba antes de la pandemia.
- Esta situación es urgente de resolver, considerando el incremento de los tiempos de espera por una cirugía no Auge a un promedio de 600 días.
La red pública de hospitales cuenta con un stock de 659 pabellones quirúrgicos al primer semestre de 2022. Sin embargo, de este total sólo un 83% (550) se encuentran efectivamente disponibles, es decir, que cuentan con el equipamiento y el personal necesario para hacerlo funcionar.
Así lo señala un análisis elaborado por el Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS) de la Universidad San Sebastián, que analizó la oferta de los pabellones quirúrgicos en los 29 Servicios de Salud del país, comparando los resultados del primer trimestre de 2017 al mismo periodo de 2022.
De acuerdo con el análisis, elaborado por los investigadores IPSUSS Raúl Aguilar y Carolina Velasco, “la capacidad de los pabellones quirúrgicos de la red pública aún no recupera los niveles de disponibilidad que presentaba antes de la pandemia de COVID-19. En el primer semestre de 2019 un 91% de los pabellones estaban efectivamente en uso, mientras en el mismo periodo de 2022 esta cifra es de 83%”, indica el análisis.
Los Servicios de Salud que presentan el menor porcentaje de pabellones efectivamente disponibles son: Iquique (60%), Atacama (61%), del Reloncaví y Magallanes (67%), Viña del Mar (69%) y Valparaíso (73%).
“Lo anterior es sumamente relevante, ya que, según la última información publicada por el Ministerio de Salud, el número de cirugías en lista de espera llegó a 332.523, que corresponden a 294.632 personas que en promedio esperan 600 días (con un máximo de 950 días de espera en el Servicio de Salud de Valdivia)”, sostiene el análisis.
Medidas
Según el presidente de IPSUSS, Manuel José Irarrázaval, los resultados presentados son preocupantes. “El número de personas que esperan por cirugías crece con el tiempo, pero, la cantidad de pabellones disponibles no ha aumentado y, más aún, la capacidad de éstos aún no llega siquiera a los niveles previos a la pandemia”. Al respecto, el médico plantea que “se requiere una política permanente de monitoreo y gestión que permita mantener o reponer el equipamiento necesario, así como el abordar las causas de la falta de personal”.
El médico señala que, en el contexto actual, donde se debate la necesidad de un nuevo sistema de salud, es necesario considerar la evidencia. “En el corto plazo, se debe intentar solucionar los problemas de las personas que llevan mucho tiempo esperando, lo que, al igual que se hizo durante la pandemia, requiere recurrir a todos los pabellones disponibles, sea en el sector público o en el privado. Además, se necesita recuperar al menos los niveles de capacidad prepandemia, donde cada hospital y servicio de salud debe responsabilizarse por dicha habilitación, y adoptar medidas para aumentar las dotaciones efectivas de personal”.
Y en el largo plazo, agrega, se necesita resolver los déficits estructurales, creando una entidad pública independiente que se haga cargo de la administración de los recintos de salud. “El Ministerio de Salud es la entidad rectora de todo el sistema, pero, además, es dueño de los prestadores, lo que le genera un evidente conflicto de intereses a la hora de evaluar su propio desempeño y tomar medidas para mejorarlo. Esto requiere, también fortalecer las estructuras directivas de los hospitales, pero sobre todo la entrega de mayores atribuciones para que puedan gestionar sus recursos y buscar las mejores soluciones para sus pacientes”.
Fuente: USS