Tres días intensos de conversación, exposiciones, invitados internacionales, en medio de un ambiente de cordial camaradería, fue lo que convocó el Séptimo Congreso Internacional Scholas, que en su ceremonia de clausura contó con la presencia del Arzobispo de Santiago, Celestino Aós, y con autoridades de la Universidad Católica Silva Henrìquez, encabezadas por el rector, dr. Galvarino Jofré, sdb.
Invitados de Argentina, Perú, México, España, Italia, Colombia, Brasil, Venezuela, Polonia, Rumania e India se reunieron por primera vez en Latinoamérica y en Chile para conversar sobre la Cultura del Encuentro y recoger el llamado que hizo el Papa Francisco de abordar el Pacto Educativo Global en todas sus dimensiones.
En las 43 mesas hubo momento para exponer acerca de la memoria, experiencia y perspectiva histórica de 40 años en el proyecto universitario salesiano de Chile; o sobre la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) como instrumento para la formación de profesionales socialmente responsable con las necesidades de la comunidad.
“En el último encuentro mundial de Scholas, el Papa fue enfático y le dijo al mundo entero que una educación que no es capaz de escuchar es una educación que no existe”, manifiesta José María del Corral, Director Mundial de Scholas. Y añade que “para el Papa, la educación pasa, ante todo, como condición necesaria, aunque no es suficiente, por la escucha, y es la idea que cruzó claramente todas estas presentaciones. Se habló del Pacto del Agua, que nació en el Congreso de cátedras del año pasado, hoy ya mostró cinco resultados concretos, cómo una convocatoria que podría haber quedado en un papel, se convirtió en hechos concretos en diferentes latitudes del mundo, uniendo el mundo académico con la empresa y los gobiernos”.
Gustavo Albornoz, organizador del Congreso y parte de Scholas Chile, asegura que la convocatoria conseguida es signo de estar presente en la Red Cátedras Scholas, “haciendo realidad las múltiples relaciones que se pueden generar en instancias así con otras instituciones superiores de otros países, con proyectos colaborativos, de investigación y de transmisión de conocimiento”.
Destaca que el Congreso es una gran plataforma para consolidar proyectos, buscar la forma de que se vuelvan sustentables en el tiempo mediante el apoyo y el trabajo del estado y privados, “es importante esa relación y se dio el espacio para socializar en torno a ella, dejando en claro que siempre es posible obtener esos recursos para aplicar esas ideas”.
Y agrega que otro aspecto central fue vivir la cultura del encuentro entre los presentes, “todos con algo que aportar y el interés de escucharnos, y de aceptar y promover todas esas buenas ideas que se gestan en cada una de las instituciones presentes, generar diálogo y cooperación es ganancia para todos”, afirma el organizador.
Una experiencia Pascual
“Hemos comenzado un camino de escucha que nos llevó a matar viejas ideas. Se habló mucho el tema de la humillación en el sentido más bíblico, de poder sintonizar con la verdad y con la realidad. Este no fue un Congreso donde cada uno vino a mostrar éxito como un desfile de modas, de quién es el más lindo y quién más sabe. Fue un congreso para compartir y escuchar, lo que cada uno traía, y en ese escuchar, además se sumó la escucha a los propios jóvenes del mundo entero con esa enorme necesidad, como la que nos contaba Nahuel, como la de tantos jóvenes en todos lados. Casi diría que es pascual como experiencia”, relata José María del Corral.
A esas voces se sumó la escucha de los rectores hablando de sus limitaciones de que la estructura muchas veces se los come. Y la escucha de los docentes, de las empresas que sienten que no saben en qué están invirtiendo, que invierten mal y se dan cuenta que a veces entregan a quien no sabe gastar o gasta mal. Añade que “acá cada uno, en vez de venir a hacer pozo, como decimos nosotros los argentinos, vino a abrir su corazón real y el corazón de su institución”.
“Nos quedamos con la esperanza de que, si nos reunimos, si nos juntamos, un peso vale 1000, el factor multiplicador como potencia. Si somos capaces, como en el espíritu, de mantener la creatividad siempre despierta y entender que la mejor educación no es la que tiene la mejor nota, sino la que es capaz de escuchar, crear y celebrar. Yo creo que este Congreso de Chile y de esta Universidad realmente va a dejar huella y va a trascender, no solamente por el momento histórico del país, sino porque nos hemos replanteado el Congreso no desde la forma, sino que, del modo, no estamos tanto en la educación para plantear el qué, sino el cómo”.
José María lo grafica con un ejemplo muy sencillo. “Cuando los niños llegaban a la escuela, y podemos también hablar en presente, decíamos cállense, siéntense y escuchen, entonces ¿por qué van a haber aprendido a escuchar si nosotros simplemente los retamos por hablar y lo único que pedimos es que quien hable sea el docente?”.
¿Qué es el Pacto Educativo Global?
El 12 de septiembre de 2019, el Papa Francisco lanzó «la invitación para dialogar sobre el modo en el que estamos construyendo el futuro del planeta y sobre la necesidad de invertir los talentos de todos, porque cada cambio requiere un camino educativo que haga madurar una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora». La iniciativa de un Pacto Educativo Global se promueve “para reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”, en palabras del Papa Francisco. Se trata de “unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna”.
Fuente: UCSH.