- Experta de la Universidad de Talca recordó que consumo excesivo de golosinas está relacionado con la aparición de diabetes infantil, obesidad temprana y caries dentales.
- Se sugiere a los padres llegar a acuerdos con los niños, para que elijan qué dulces comerán y cuáles guardarán para más adelante.
Un llamado a moderar la ingesta de dulces, golosinas y alimentos que contengan azúcar refinada durante la celebración de Halloween, realizó la profesora Estefany Ramírez, de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Talca.
La especialista recomendó a los padres y tutores de niños que celebren esta tradición, cuantificar la cantidad de golosinas con el fin de reducir el riesgo de contraer enfermedades como la diabetes, así como prevenir la aparición de obesidad temprana y caries dentales.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que, si se ingieren azúcares, éstas deben aportar menos del 10% de las calorías diariamente recomendadas acorde a la edad del niño, es decir, no más de 150 o 200 calorías en total”, afirmó.
Para evitar excesos durante la noche del 31 de octubre, especialmente entre los más pequeñitos, la académica aconsejó que antes de salir a pedir dulces, los niños realicen una comida establecida en casa, ya sea una colación, once o una cena según el horario, “ya que esto ayudará a reducir el consumo de dulces durante la salida o al volver a casa”.
Ramírez también sugirió que, al volver a casa, “los adultos deben revisar los dulces, su fecha de vencimiento, que estos estén en buen estado y con sus envoltorios respectivos”.
“Hay que hablar con el menor y hacerlo elegir cuáles son los dulces que consumirá esa noche y las siguientes, respetando el aporte recomendado acorde a su edad, y respetar también el acuerdo los días siguientes”, agregó.
Alternativas saludables
La profesora invitó a los padres y vecinos “a innovar durante esta celebración, donde, como familia, se pueden preparar diversas recetas para entregar a los niños que piden dulces”.
Entre las alternativas más saludables, la profesora mencionó cocadas de avena con manjar de dátiles, barritas de cereal, galletitas de avena con chips de chocolate o cabritas endulzadas con miel de abejas.
La nutricionista sugirió, además, entregar a los niños brochetas de fruta natural bañadas en chocolate, alfajores de avena, calugas caseras, “prestigios” saludables o trufas de quinua pop. Otras alternativas pueden ser una fruta (por ejemplo, mandarinas con forma de calabaza), bolsas individuales de frutos secos o bolsas individuales de fruta deshidratada.
“En última instancia, si se va a comprar algunas golosinas, se recomienda comprar las golosinas con menos sellos posibles, debido a que no solo tienen azúcar refinada, sino también grasas saturadas, por lo tanto, se aconseja elegir golosinas con menos calorías y menor aporte de azúcar posible”, aconsejó.
Fuente: U. de Talca