- El profesor de la Universidad de Linneo, Miguel Ángel Sarmiento, dio a conocer en la PUCV un estudio realizado con hombres y mujeres de Suecia y Chile, donde analizó el trasfondo cultural del lenguaje.
El acto de ocupar la “e” para agrupar a hombres y mujeres se propuso en España, precisamente en 1976. El profesor Álvaro García Meseguer señaló en esos tiempos que “como en castellano se emplea el género gramatical masculino (todos) como género extensivo, es decir, aplicable no sólo a varón, sino que también a persona (con valor genérico), la consecuencia es, casi siempre, una ambivalencia semántica y siempre una ocultación de la mujer, a la par que una masculinización rutinaria de la mente”.
En ese sentido, el experto advirtió que como siempre se ocupaba la “o” y la “a” para determinar lo masculino y lo femenino, propuso como solución sencilla utilizar la “e” para establecer un género común. “Muches linguistes (sic) van a poner el grito en el cielo, pero eso poco importa. Hay que revolucionar el lenguaje, que no es solo de les expertes (sic), sino de todo el pueblo que lo usa”, sostuvo a mediados de los 70.
El profesor Miguel Ángel Sarmiento de la Universidad de Linneo (Suecia) y Doctor en Lingüística Española por la Universidad de Estocolmo expuso sobre la materia en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) en la conferencia titulada “Lenguaje inclusivo. Navegando entre mitos, temores y realidades”, invitado por el Programa de Español como Lengua Extranjera de la Dirección General de Asuntos Internacionales de la casa de estudios porteña.
La actividad contó con la asistencia del director general de Asuntos Internacionales, Orlando de la Vega; la coordinadora académica del Programa de Español como Lengua Extranjera de la Universidad, Sonia Toledo y dos representantes de la Embajada de Suecia en Chile. “Resulta significativo generar como PUCV espacios de reflexión en este caso desde la Lingüística para abordar una temática sensible que dé cuenta de la necesidad de apertura, flexibilidad y democratización del lenguaje”, expresó Toledo.
ESTUDIO INTERNACIONAL
El académico presentó en la ocasión un estudio realizado con personas de Suecia y Chile donde destacó que las mujeres tienen una actitud más positiva que los hombres hacia el desdoblamiento discursivo del tipo “bienvenidas y bienvenidos” y al uso de la “e” como en “todes”.
Sarmiento planteó que los hombres, en general, tienen una actitud más negativa a ocupar el lenguaje inclusivo. En las encuestas algunos plantearon que el lenguaje inclusivo era una moda que va a desaparecer y que era una infracción contra las normas gramaticales del castellano. Otros percibieron al lenguaje inclusivo como un elemento infractor y perjudicial. Sin embargo, también hubo algunos que plantearon que el lenguaje inclusivo era necesario y que les gustaría usarlo más en la vida cotidiana.
“El estudio presenta aspectos que son llamativos como el hecho de que la mujer es más positiva a ocupar el lenguaje inclusivo tanto en el uso de la ‘e’ como también en el desdoblamiento discursivo. Lo que es llamativo es que las mujeres nacidas en Suecia fueran más positivas a ocupar esto que las nacidas en Chile. Hay un trasfondo cultural. Por eso es tan importante mejorar la educación y el objetivo del lenguaje inclusivo que busca entregar justicia. La mujer sueca tiene más arraigado eso considerando que la sociedad chilena es marcadamente patriarcal”, complementó.
La Real Academia de la Lengua Española (RAE) todavía no reconoce el “todes” y prefiere ocupar el genérico “todos” para agrupar lo masculino y femenino. “La aceptación de la ´e´ es irremediable. La RAE debería demorar su uso dependiendo de lo que ella perciba a través de las academias locales que informan sobre si se ha extendido o no. En Argentina está muy en boga, en México también. Chile está dando sus pasos, ojalá más temprano que tarde se reconozca su uso como alternativa y no tiene porqué desaparecer el masculino genérico. Ambos pueden convivir con estas posibilidades”, concluyó el Dr. Sarmiento.
Fuente: PUCV