A días del inicio del mundial de fútbol en Qatar, hemos sido testigos ya de algunas bajas de destacados futbolistas internacionales. Tal es el caso de Paul Pogba, Sadio Mané, Marcos Reus, Kanté, Reece James, Giovanni Lo Celso, entre otros. La razón podría estar en la sobrecarga de volumen que arrastran desde sus respectivas competencias, con exigencias al más alto nivel.
No es descabellado afirmar, desde ya, que el cambio de fechas determinado para este mundial, a raíz de las altas temperaturas, juegue un factor determinante en un alto porcentaje de lesiones de los jugadores de fútbol.
Y no lo digo por las altas temperaturas, sino que por la sobrecarga de trabajo (entrenamientos y competencias) que arrastran durante todo el año. Tradicionalmente, el mundial de fútbol se desarrolla entre los meses de junio y julio, sin embargo, llevarlo a cabo finalizando un año arrastra la acumulación de la carga de trabajo, sumado a la alta exigencia de las respectivas ligas, considerando que el fútbol se caracteriza por un tiempo neto largo, un ritmo acelerado de ataque y defensa, y un enfrentamiento físico intenso. Todos estos factores parecen conducir a una alta incidencia de lesiones durante el torneo.
Antecedentes científicos ya señalan que la congestión de partidos a corto plazo puede aumentar la incidencia de lesiones en los partidos, mientras que la congestión de partidos a largo plazo puede no tener ningún efecto, tanto en la incidencia general de lesiones, como en la incidencia de lesiones en los partidos. Por lo tanto, es probable que seamos testigos, lamentablemente, de un alto número de lesiones musculoesqueléticas en los deportistas.
Dr. Alexis Espinoza
Académico Escuela de Kinesiología UST
Fuente: Simplicity