INGENIEROS ESTUDIAN APLICACIÓN DE DISPOSITIVOS MARINOS PARA PREDECIR TSUNAMIS
- Grupo de investigadores analiza la experiencia japonesa y la posibilidad de aplicarla en Chile, para mejorar la detección de tsunamis y el sistema de alerta temprana de evacuación.
Ingenieros de la Universidad Católica (UC), asociados al Centro de Investigación de Desastres Naturales (CIGIDEN), participan de los estudios que buscan determinar las ubicaciones más eficientes dónde podrían instalarse sensores submarinos para detectar tsunamis frente a las costas de Chile.
La iniciativa, que se enmarca en el programa de colaboración chileno-japonés “Science and Technology Research Partnership for Sustanaible Development”, también analiza cuántos instrumentos serían necesarios para poder contar con datos de calidad.
Los análisis consideran equipos similares a los que existen en Japón, sistemas con GPS anclados a boyas o en cables submarinos, que informan los movimientos del mar y permiten dimensionar el tamaño del tsunami, para una oportuna alerta temprana de evacuación.
“En base a los resultados, se analizará la pertinencia desde el punto de vista técnico-económico de la instalación de esta red, basado en un análisis costo-beneficio. Esto porque existe un tiempo mínimo para la detección y procesamiento de datos, lo que podría disminuir la ganancia potencial obtenida en términos de los tiempos de respuesta de la población”, señaló Rodrigo Cienfuegos, profesor de Ingeniería UC y director de CIGIDEN.
El ingeniero precisó que cuentan con una base de datos que permite establecer distintos escenarios de propagación de un tsunami, simulando la existencia de esa red de sensores y su efectividad.
“Como en Chile las olas llegan muy rápido, hacer una inversión tan grande en esta tecnología, en contraste con el escaso tiempo de aviso, podría no justificarse teniendo en cuenta otras prioridades que debe abordar el país”, agregó Cienfuegos.
Los especialistas precisan que las condiciones geográficas de Chile son distintas a las de Japón, dado que en nuestro país la costa está más cerca de la zona de generación, por lo que los tiempos de arribo de las olas son más cortos.
En los tsunamis del 27F y de Pisagua en 2014, por ejemplo, las olas llegaron en un período de 10 a 15 minutos después del movimiento telúrico, mientras que en la región nipona de Tohoku en 2011, los primeros frentes llegaron entre 30 y 40 minutos después del terremoto.
Tomando en cuenta dicha diferenciación, los expertos destacan los alcances de la actual investigación, porque podría ayudar a determinar si estas redes son realmente beneficiosas para Chile y su geografía.
Fuente: Prensa y Comunicaciones Ingeniería UC