- El doctor en Ciencias Biomédicas y académico de la Universidad de Talca, Sergio Wehinger, manifestó que ya existen algunos reportes de la aparición de este microorganismo, denominado Candida Auris en el país. Especialista llama a no automedicarse, esto es clave para evitar contagios.
Preocupación causa en las autoridades de salud el patógeno fúngico Candida auris que, según una reciente publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es de alto riesgo por sus graves consecuencias para la salud y su resistencia a los fármacos.
Este hongo puede causar infecciones sanguíneas y de otros tipos, especialmente en pacientes internados en centros asistenciales. Sus consecuencias han alertado a países como Estados Unidos, donde se ha informado la rápida propagación de este patógeno en distintos hospitales.
El doctor en Ciencias Biológicas y académico de la Universidad de Talca, Sergio Wehinger, explicó que, “el Candida auris, es un hongo asociado a la región asiática, donde probablemente comenzó, pero ya se ha expandido a todo el mundo, incluido Chile, donde el año 2019 se detectaron los primeros casos”.
Según el docente, no existen muchos estudios al respecto, pero en el país ya existirían algunos contagios. “Al parecer, la prevalencia no es muy alta comparado con países asiáticos, pero sin duda alguna que ya llegó, se han reportado casos publicados incluso en revistas médicas”, informó.
La diferencia de éste, con otros patógenos similares, es su difícil tratamiento. “Puede llegar a ser complicado porque se ha visto que es bastante resistente a los antimicóticos, que son los fármacos con los que se tratan las infecciones por hongos”, alertó el académico, quien agregó que entre los antifúngicos que están funcionando se encuentra un grupo denominado “equinocandinas”, que son relativamente nuevos y que inhiben la síntesis que se produce en la pared de este microorganismo.
En cuanto a las sintomatología y signos, estos varían de acuerdo con el lugar donde se produzca la infección, lo que puede ocurrir en la piel, en el aparato gastrointestinal y respiratorio, o en las vías urinarias. “Por lo general, una vez que se disemina por el cuerpo, pueden llegar a producir fiebre, decaimiento general y compromiso de la vida del paciente”, señaló Wehinger.
Alto riesgo
Aunque cualquier persona puede contraer esta infección, quienes tienen el sistema inmunológico deprimido son los más susceptibles. “Enfermos que están en el sector nosocomiales, hospitales, clínicas, son los más expuestos; también pacientes con sida, con tratamiento antitumoral o con un trasplante también son más propensos”, detalló.
En el caso de personas sin patologías, el riesgo es menor. “La mayoría de ellas lo hace de una forma poco sintomática, pero nadie está libre de complicarse y eventualmente poder hacer una infección más grave”, sostuvo.
Prevención
Según explicó Wehinger, para evitar los contagios con este hongo es necesario que se tomen algunas medidas. “Un factor de riesgo muy importante es no automedicarse. Por ejemplo, si estamos tratando con antibióticos, barremos con el microbiota intestinal y podemos dejar vía libre a que patógenos oportunistas, como la Candida auris, puedan establecerse y producir una infección”, explicó.
En ese sentido, es fundamental respetar los tratamientos prescritos por el personal médico. “Si nos recetaron medicamentos antifúngicos para controlar -por ejemplo- una uña del pie, respetar el tiempo y los controles médicos, no prolongar su uso, porque también estamos favoreciendo la llegada de hongos resistentes”, advirtió.
Fuente: Universidad de Talca