- Invitan a apoderados y docentes a tomar un papel más activo, generando espacios para el debate sobre esta problemática y de esta forma generar una mayor confianza para las denuncias.
La Superintendencia de Educación informó que durante el 2022 se recibieron 769 denuncias por ciberacoso, 362 más que las contabilizadas durante los años 2018-2019, cuando los registros evidenciaron 407.
La psicóloga del Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE) de la Universidad de Talca, Claudia Domínguez, explicó que este incremento, en parte, se debe a que la pandemia impuso a los estudiantes la privación de establecer vínculos con amigos de forma presencial y la ausencia del intercambio espontáneo entre pares y adultos no familiares, afectando las capacidades de desenvolverse en público y aumentando el riesgo de sufrir un mayor aislamiento, ansiedad y estrés al relacionarse.
Con la disminución de la capacidad de sociabilizar y la poca asertividad comunicativa, el ciberacoso ganó terreno. Es por ello, que la profesional recomendó robustecer las iniciativas de prevención en los hogares y los establecimientos escolares.
“Un concepto que es necesario conocer es la “Netiqueta”, que nos indica normas de presentación, comportamiento y de expresión ideales en las redes sociales”, explicó. Domínguez planteó la necesidad de que los docentes se instruyan sobre éstas y que además esta información pueda ser parte del contenido programático que entregan a sus estudiantes, con el objetivo de fomentar espacios de interacción digitales de respeto y cuidado.
Detalló que si bien, muchos padres desconocen la realidad que se viven en las redes sociales y las interacciones que se pueden dar, es importante que en el hogar se fomenten interacciones sociales basadas en el respeto y la tolerancia. Además, insistió en crear ambientes seguros de conversación familiar, donde puedan explicar el ciclo de violencia que genera el ciberacoso, para la víctima, el abusador y los compañeros que son testigos de la acción, con el propósito de promover la denuncia oportuna.
El psicólogo PACE UTalca, Felipe Figueroa, concordó con Domínguez, asegurando que, si bien los establecimientos educacionales cuentan con un Plan de Gestión de la Convivencia Escolar (PGCE), se pueden crear campañas de concientización periódicas, que incluyan charlas, talleres, videos y material educativo, que profundice en el impacto del ciberacoso y de herramientas para prevenirlo, dirigido no solo a los estudiantes sino también a apoderados, profesores y toda la comunidad educativa.
Recomendó crear espacios para la enseñanza de habilidades sociales y emocionales que ayuden a los estudiantes a generar y construir relaciones saludables y evitar la necesidad de recurrir a la agresión o ciberacoso.
Fuente: Universidad de Talca