- La docente de Psicología UST Santiago, Jade Ortiz, explicó la importancia de entender el proceso y los cambios que se producen con él, para luego “idear” la mejor forma de sobrellevar el duelo.
La muerte de un ser querido siempre afectará al ser humano, justamente por eso: su condición humana; y pese a que muchas personas no experimenten amor por aquellos que comparten con nosotros el reino animal, y que no son parte de nuestra raza, existe un gran número de los que sí lo hacen. Ese amor hace la diferencia para comprender que un duelo ante uno de nuestros hermanos animales, nuestras mascotas, puede ser tan fuerte como la pérdida de un familiar, e incluso más.
Los duelos se viven de forma distinta, se asimilan y se procesan en la individualidad, no obstante, hay procesos parecidos. Primero que nada, el duelo no implica olvido, de hecho, hay personas que no quieren vivir sus duelos y se aferran a la imagen del ser perdido por el temor de olvidar. Hay otras que olvidan. Y otras que comprenden que es sano vivirse la pena, y que luego reacomodan sus esquemas e integran la pérdida a sus vidas. “¿Qué hace la diferencia?, entre las muchas variables: el amor, el apego, la relación que se establece entre dos seres vivos”, explicó Jade Ortiz, docente de la carrera de Psicología UST Santiago.
Proceso de aceptación de la muerte de una mascota: ¿Es similar a cuando se pierde a un ser querido?
Según explicó la experta, esto sí es así, “sobre todo si la relación fue afectiva, cariñosa, de acompañamiento, de cuidado, si el vínculo que se estableció es fuerte, si llenó vacíos, si dio sentido a la vida cotidiana. Muchas personas tienen mascotas, otras definen su relación con nuestros compañeros animales como familia, otros, sólo los ven como animales ajenos a la vida de uno”.
“En este sentido es el lazo el que define el duelo, el tiempo de proceso, los rituales de despedida, y la incorporación de esa mascota a la historia singular”, añadió, reafirmando que “el impacto del duelo depende del cariño y de lo involucrado que se esté con el ser que falleció”.
Fases del duelo
Jade Ortiz sostuvo que “cada individuo vive el duelo con sus características particulares. No obstante, hay procesos parecidos, que van desde la negación, la ira, la tristeza hasta llegar a la aceptación. En este último proceso las personas terminan de integrar el hecho a sus vidas”.
“Dentro de los síntomas más reconocidos se encuentran la pena, el vacío, el aumento de la irritabilidad, menor capacidad de funcionamiento en las tareas cotidianas, disminución de la atención, concentración, memoria. Algunas personas presentan bajas de ánimo significativo, pérdida de disfrute, llegando a sostener síntomas depresivos. También se observa baja del sistema inmune, y se aprecia somatización o desarrollo de enfermedades que no estaban presentes antes”, añadió.
La psicóloga también señaló que hay otros aspectos a considerar y que están relacionados con el “antes” de la muerte de la mascota. Por ejemplo, “cuando el animal está en riesgo de vida, ya que esto provoca un desgaste logístico entre veterinarios y cuidados; una percepción de injusticia debido a que la mascota podría haberse salvado si el veterinario no fuera tan caro o si existiera un buen seguro del Estado; si no existiese la maldad o violencia contra los animales, entre muchos otros”.
“Se suma el duelo alargado o pospuesto cuando la mascota ha desaparecido, lo que trae consigo el sufrimiento aumentado por la incertidumbre y la impotencia: imaginar el dolor de ese ser querido y no poder hacer nada para aliviarlo”, comentó.
Finalmente, la profesional aseveró que “el duelo se elabora también en la compasión, en la profunda sensibilidad de aliviar el sufrimiento, pero no como un consumo o un antidepresivo, sino que haciendo frente a la condición humana. Se sobrelleva en función de los recursos de cada uno, de la familia y de sus creencias. Los rituales de despedida son importantes, así como conversar sobre el evento y compartir el dolor con personas que sintonicen en el valor y amor por los animales. Hoy se destaca la red de apoyo que surge desde las redes sociales cuando se publican estas pérdidas, y que dan confort al que experimenta el duelo”.
Fuente: Simplicity