Juana Barrera Jiménez, Directora de la Carrera de Fonoaudiología UST Santiago, explicó este modelo que busca abordar -desde su disciplina- de la mejor forma este trastorno de la comunicación que afecta principalmente a niños y hombres.
La experta presentó hace unas semanas su libro “Tartamudez: Abordaje Fonoaudiológico a partir del Modelo CALMS”, el que tiene como propósito entregar información y fundamentos para realizar el abordaje fonoaudiológico en personas que tengan este padecimiento, además de aportar conocimiento a profesionales, familiares y a las propias personas con tartamudez para que puedan avanzar en la compresión de este cuadro.
Barrera, quién es Magíster en Educación Especial de la Pontificia Universidad Católica de Chile explicó que el Modelo CALMS fue propuesto por Healey, Trautman y Susca, y tiene como objetivo orientar al profesional fonoaudiólogo en la toma de decisiones frente al proceso de evaluación e intervención en personas con tartamudez. “Estos autores señalan que se desarrolló para mejorar la recopilación, organización e interpretación de los datos clínicos asociados a la evaluación y tratamiento de la tartamudez”.
“Hoy en día existe consenso en señalar que la tartamudez se debe entender como un cuadro multidimensional, es decir, se reconoce que no sólo se debe analizar y comprender desde el componente motor, sino que desde variadas dimensiones de la vida de la persona que pueden verse impactadas por la presencia de la dificultad. El análisis a partir del Modelo CALMS incluye los componentes cognitivo, lingüístico, afectivo, social junto al componente motor. A partir de esto, su aplicación en niños o niñas con tartamudez permite tener a la vista cuáles son los factores que pueden estar actuando como protectores y cuáles pueden estar viéndose comprometidos con la presencia de la dificultad”, añadió, detallando que tras considerar esto se puede organizar un plan terapéutico que permita reestablecer o compensar la fluidez del niño o niña, y así no se limite su derecho a la comunicación.
¿El Modelo CALMS puede ser aplicado por padres desde el hogar?
La fonoaudióloga sostuvo que “este es un modelo que está orientado en la toma de decisiones del profesional fonoaudiólogo en el proceso de evaluación e intervención. Considerando esto, más que los padres apliquen el modelo en sus casas, éste les permitirá integrar la información que ellos proveen para mejor comprensión de la tartamudez, y a partir de esto establecer el impacto que ésta tiene en el núcleo familiar, y así generar un trabajo conjunto con el profesional donde se entregan las orientaciones requeridas para el trabajo en el hogar”.
“Las maneras específicas con las que la familia puede apoyar van a depender de cada caso en particular, pues la tartamudez es un cuadro que se presenta con gran variabilidad de persona en persona. Sin embargo, hay una orientación que es válida en todos los casos y es que la persona que presenta tartamudez (niño/a, adolescente, adulto) necesita tiempo y espacio para comunicarse, por lo que el medio en que se desenvuelve ya sea familiar, escolar o laboral, debe darle el tiempo que necesita y respetar su derecho a la comunicación“, acotó Juana Barrera Jiménez.
¿A qué edad se manifiesta la tartamudez y quiénes pueden padecerla?
Según explicó la Directora de Carrera de Fonoaudiología UST Santiago, “la tartamudez es un cuadro de manifestación temprana, alrededor de los 2 o 3 años de edad, por eso es importante que los padres consulten con un profesional apenas noten que sus hijos necesitan hacer un esfuerzo físico para producir palabras. Esto se puede manifestar con bloqueos, algo que los padres habitualmente indican como quedarse pegado”.
“Otra manifestación puede ser el hecho que los pequeños tengan la necesidad de asociar la producción de palabras con algún movimiento corporal, por ejemplo: sacudir la cabeza, golpear con el pie. Estas manifestaciones son sinónimo de tensión y esfuerzo, y nos indican que se le está haciendo difícil avanzar con fluidez en la emisión de las palabras. La consulta temprana y lo más precoz posible es una de las mejores medidas que pueden tomar los padres y madres“, aseguró la experta.
Sobre quiénes pueden padecerla, Barrera Jiménez comenzó explicando que “la tartamudez se clasifica como un trastorno de la comunicación, lo que amplía su alcance no limitándose a entenderla o comprenderla sólo desde sus manifestaciones motoras. Actualmente, y a la luz de la investigación que se realiza, existe consenso en reconocer que la etiología de la tartamudez es multifactorial y de sustrato neurológico, a lo que se le suman factores genéticos, neurológicos, sensoriales, motores, lingüísticos y emocionales, por lo que plantear las causas de la tartamudez es muy complejo, ya que no se puede buscar una explicación asilando los elementos, sino reconociendo que ésta tiene un carácter multifactorial”.
“Teniendo esto en cuenta, la tartamudez es más frecuente en hombres que mujeres y tendría una alta incidencia familiar, es decir, que gran parte de las personas que tartamudean tienen antecedentes familiares de este trastorno de la comunicación“, reveló, añadiendo que “esta se puede manifestar de formas distintas en cada persona dependiendo de la edad, tiempo de evolución, el impacto que tenga en su vida y en el entorno en el que se desenvuelven”.
Fuente: Simplicity