Las políticas económicas de libre mercado que involucraron el ingreso sin aranceles aduaneros de todo tipo de mercancías, destruyeron el mercado de las Micro y pequeñas empresas en todos los rubros: manufactura, comercio y servicios. Los ganadores con tamaña política fueron la industria primario exportadora, La Gran industria vitivinícola, frutícola, farmacéutica y pesquera, Las cadenas de Retail y supermercados y las empresas de servicios, de comunicación y electricidad.
El único papel protagónico en la economía que mantiene la Mipyme desde los 80 es proveer empleo y si reconocemos que estas acceden al 15% de las ventas nacionales y pagan sueldos a más de 4 millones de chilenos, mientras la gran empresa acaparando el 85% de las ventas no alcanza a proveer empleo a 2 millones de Chilenos, podemos entender que las Mipyme y las Grandes empresas no viven la misma circunstancia. Las Mipymes, Con cinco veces menos recursos financian el doble del empleo que las Grandes Empresas.
Si las políticas públicas le abrieron multimillonarios mercados a las grandes empresas, a la vez que le quitaban mercados a las pequeñas, podríamos preguntarnos si han servido en algo significativo las políticas de fomento del Estado (Corfo y Sercotec): ochocientas mil pequeñas empresas y un millón y medio de cuenta propias que ven perder cada día su participación en las ventas tienen la respuesta: No hay cambio, con la pirotecnia de fomento, las Mipymes siguen arruinándose.
Políticamente La derecha y el gran empresariado utilizaron a las Pymes para oponerse a la Reforma Tributaria y el Gobierno nuevamente le entrega argumentos a estos sectores para que en la defensa de sus mezquinos intereses, usen a las Pymes como argumento.
Aplicar la Reforma Laboral a las Micro y Pequeñas Empresas no cambiara el espacio de negociación entre el microempresario y sus trabajadores, porque no existen recursos en este sector empresarial para distribuir, la precariedad en que se encuentra el sector sin mercados o con mercados explotadores, llevara inexorablemente al cierre y quiebra de numerosas micro y pequeñas empresas y quienes sobrevivan tenderán a retroceder en la formalización del empleo y por cierto al incremento de la cesantía.
La segmentación del empresariado en Grandes medianas, pequeñas y microempresas ha sido un requerimiento metodológico para realizar una discriminación positiva que beneficie a las Mipymes, cuesta entender porque para esta reforma laboral se abandona esta metodología de segmentación y se inventa una nueva categoría arbitrariamente, terminando con esta discriminación que hasta ahora era lo único que favorecía a las Pequeñas y Microempresas.
La Comisión Mipyme y Economía Social del Partido Socialista pide por tanto a las autoridades de nuestro Gobierno, a la Presidenta Bachelet , a los diputados y senadores Socialistas y a la Mesa Directiva del partido que corrija la Propuesta de Ley del Gobierno manteniendo fuera del imperio de la Futura Ley Laboral a las pequeñas y microempresas con menos de 25 trabajadores y evitemos con esto entregarle el liderazgo de estos millones de ciudadanos a la derecha y a quienes se oponen a la Reforma Laboral.