- Evento de El Niño ya ha generado un superávit de lluvias durante septiembre, lo que continuaría durante el resto del periodo primaveral, situación que pone en riesgo la producción de frutales.
El fenómeno climático de El Niño y sus repercusiones continúan generando problemas. Las inusuales lluvias que se esperan en la zona central del país durante la época primaveral causarían graves daños a la producción de frutas y vides, según proyectan expertos.
Patricio González Colville, académico del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, manifestó que “hay un fenómeno de El Niño, de características fuertes, que se está robusteciendo de acuerdo a los modelos internacionales y eso va a ocasionar que la primavera sea un poco más lluviosa sobre lo normal”.
Cabe recordar, que este evento climático natural es causado por el calentamiento de las temperaturas del océano Pacífico, lo que provoca trastornos a nivel climático que impactan a gran parte del planeta, y que en Chile se han manifestado con un importante aumento de las precipitaciones y temperaturas máximas extremas.
Según González, los registros señalan que “en septiembre hemos tenido 90 milímetros, para una normal de 40, es decir, más de un 90% de superávit. En tanto, para octubre y noviembre, se espera que existan precipitaciones posibles entre 15 y 20ml”.
El problema, de acuerdo a lo detallado por el especialista, es que las precipitaciones durante esta estación del año son muy dañinas para los cultivos, especialmente para los frutales.
“Primero, en el caso de la cereza, la lluvia asociada al calor, genera partición del fruto y lo deja fuera de los mercados. Además, como se esperan temperaturas de 30 o 32 °C para octubre, se van a generar eventualmente condiciones tropicales dentro de los racimos asociadas al calor y la humedad, lo que podría provocar enfermedades fungosas”, recalcó.
El agroclimatólogo de la Universidad de Talca explicó que, “los hongos se desarrollan expansivamente cuando hay humedad y calor, y eso pudre normalmente los racimos y los frutales, por lo que hay que tener mucha precaución después de estas lluvias que pueden eventualmente ocurrir en octubre, para hacer las aplicaciones químicas respectivas y reducir los daños”.
Fuente: Universidad de Talca