Por Vanderson Santos, ingeniero en Desarrollo de Negocios de Fortinet Brasil
La computación en la nube ha revolucionado la forma como las empresas gestionan y prestan servicios tecnológicos. No hay duda de que la escalabilidad, flexibilidad y eficiencia que ofrece la nube no tienen paralelo y permiten a las empresas alcanzar nuevos niveles de innovación y agilidad. Sin embargo, esta conversión a la nube también ha traído una serie de desafíos de ciberseguridad, que se han convertido en un conjunto único y potencial de riesgos para los negocios de las empresas, y mucho de esto se está ignorando.
Pocos profesionales se paran a reflexionar si la empresa está preparada para asumir los riesgos de enviar recursos e información estratégica a la nube sin un mínimo de ciberseguridad para dichos recursos. La agilidad en las ejecuciones masivas para construir una infraestructura de nube corporativa a menudo tiene prioridad sobre la acción más importante en este momento: la seguridad en la implementación de estos recursos en línea.
En el combo de riesgos que he mencionado, imagine que la información estratégica, los proyectos confidenciales y los planes de su empresa son vulnerables a accesos no autorizados, fugas de información confidencial y sensible, ataques de denegación de servicio (DDoS), malware, violaciones de la normativa y mucho más. La naturaleza compartida de los entornos en nube significa que las empresas pueden compartir recursos físicos y virtuales con otras empresas, como socios comerciales y proveedores, lo que aumenta la superficie potencial de ataque.
Con este contexto bien planteado, es posible dar un paso atrás y comprender que implementar una arquitectura de seguridad robusta desde la concepción de los proyectos de migración a la nube es más que esencial para garantizar su éxito.
Una arquitectura de seguridad sólida en entornos de nube implica un enfoque de múltiples capas que combina tecnología, procesos y personas. Considerando a la seguridad como parte del proceso desde el inicio y no sólo como algo complementario al final de los proyectos, existen elementos claves que se deben tener en cuenta:
• Identificación y autenticación sólidas: implementar la autenticación de dos factores (2FA) o la autenticación de múltiples factores (MFA) es crucial para verificar la identidad de los usuarios. Esta implementación ayuda a proteger contra el acceso no autorizado.
• Cifrado de datos: el cifrado debe aplicarse a los datos en reposo y en tránsito. Esto garantiza que incluso si se produce una violación de datos, el atacante no pueda acceder a la información sin las claves de cifrado adecuadas.
• Gestión de accesos y permisos: es fundamental adoptar un modelo de control de acceso estricto, asegurando que sólo las personas autorizadas tengan acceso a recursos y datos específicos. Esto incluye limitar los privilegios para evitar el acceso no autorizado.
• Monitoreo continuo: implementar soluciones de monitoreo de seguridad en tiempo real es esencial para detectar actividades sospechosas o comportamientos anómalos en su red. Esto permite una respuesta rápida a posibles amenazas.
• Resiliencia y redundancia: las arquitecturas de nube deben diseñarse para resistir fallas y ataques. La replicación de datos y sistemas en diferentes regiones geográficas o proveedores de nube puede garantizar la disponibilidad continua de los servicios.
• Pruebas de penetración y simulaciones de ataques: realizar pruebas de penetración y simulaciones de ataques con regularidad puede ayudar a identificar debilidades en la arquitectura de seguridad y solucionarlas antes de que se conviertan en vulnerabilidades reales.
• Cumplimiento y gobernanza: garantizar que la arquitectura de seguridad cumpla con todas las regulaciones aplicables es crucial, especialmente para industrias altamente reguladas como la atención médica y los servicios financieros.
Una arquitectura de seguridad sólida en la nube aporta numerosos beneficios a las empresas, así como a los clientes y usuarios finales:
- Confianza: esta sólida seguridad en la nube genera confianza en los clientes, demostrando en la práctica el compromiso de proteger su información;
- Continuidad del negocio: una arquitectura sólida reduce el riesgo de interrupciones del servicio y/o de la producción debido a ataques o fallas;
- Riesgos financieros reducidos: invertir en seguridad desde el principio evita costos significativos asociados con violaciones de datos y posibles sanciones regulatorias;
- Agilidad con confianza: una arquitectura de seguridad sólida permite a las empresas aprovechar los beneficios de la nube con confianza sin dejar de ser ágiles e innovadoras.
También es importante recordar que la inversión total en una migración a la nube -con seguridad integrada- no puede ser el parámetro de decisión. Las ventajas son muchas, pero cuando pensamos sólo como un costo, terminamos por no adoptar a largo plazo. Sin una visión a largo plazo y prevención, el impacto de una filtración de datos o un ciberataque le costará mucho más a la empresa. Además de tener un impacto negativo en la imagen y en la reputación que mantiene ante los clientes y el mercado, un costo incalculable.
Fuente: Llorenteycuenca.