A raíz de los hechos ya públicamente conocidos y que nos han aquejado como familia quisiera contar nuestra historia para luego dar como cerrado varios años de episodios muy difíciles.
Como se ha publicado en variados medios de comunicación mi esposa ha sido condenada por giro doloso de cheques, condena injusta desde el punto de vista jurídico pero más aún desde el punto de vista personal.
Mi esposa ha sido injustamente juzgada y ha estado sentada en el banquillo de los acusados respondiendo valientemente como consecuencia de mi actividad empresarial y personal. NO POR SUS PROPIOS ACTOS. Con un coraje y valentía extrema ha enfrentado esto sin ampararse en ningún Fuero, ni en ninguna red de protección, con la convicción de que no debe haber ciudadanos de primera o segunda categoría en nuestro país, lo ha hecho como una mujer dando la cara y con una fortaleza sin límites.
No puedo dejar de mencionar, y como lo ha sentenciado también el voto de minoría de la jueza Verónica Sabaj, se ha acreditado en el transcurso de este juicio que los cheques no fueron entregados en pago y también se acredito que eran cheques en garantía (los cuales fueron entregados durante mi enfermedad), que su cuenta corriente NO estaba cerrada a Octubre de 2013 cuando se entregaron los cheques y a la vez el tribunal oral no acepto como prueba extraordinaria un peritaje caligráfico que acredita que Asunción no relleno esos cheques (adjunto Pericia Caligráfica).
Esto lo hemos vivido como siempre lo hemos hecho, como familia dando la cara.
Los últimos años hemos sido víctimas de acusaciones infames las cuales las hemos enfrentado todas y cada una, de cara a la justicia como cualquier chileno y hemos aprendido que la verdad tarde o temprano se hace visible.
Como familia hemos decidido no recurrir este fallo adverso y acatarlo, por nuestra tranquilidad familiar, pero con la convicción de la inocencia de Asunción y entendiendo que ante el actual escenario de politización y desconfianza no nos hará bien como familia.
Quisiera denunciar que hemos caído en la trampa de gente inescrupulosa que hace uso de cualquier cosa para obtener réditos económicos o políticos, no teniendo ninguna consideración en transgredir cualquier tipo de valor y acudiendo a la mentira, a la extorsión y a cualquier artimaña. Teniendo de cómplices a personas muy cercanas de las que jamás esperamos, situación que hemos llevado en silencio y con mucho dolor durante los últimos años y lo seguiremos haciendo.
Como esposo no me queda más que pedir disculpas a mi Esposa y a su Familia por haberlos hecho pasar por estos difíciles momentos, estos años han sido dolorosos y agradezco a Dios tener una esposa tan leal y valiente. Quien ha hecho fiel el juramento que hizo el día que nos casamos y sin merecerlo me ha entregado tamaño regalo, estoy seguro que sin su valentía, esfuerzo y dedicación y sin el apoyo incondicional de sus padres no habríamos sido capaces de superar todas estas situaciones.
Quisiera pedir que desde ahora se nos deje vivir como una familia normal, en donde no vivamos bajo la eterna extorsión del aprovechamiento de la imagen familiar para poder obtener beneficios a costa nuestra. Por tanto quisiera pedir que nos dejen dar vuelta la página y seguir nuestro camino, ya hemos demostrado como familia que nuestro camino no ha sido otro que enfrentar todas nuestras dificultades y errores siempre de frente y nunca ocultándonos detrás de nadie.
Queremos dar testimonio para que otros no se oculten detrás de un fuero o del poder de sus familias o de redes de protección.
De todas maneras sabemos que tarde o temprano la verdad sale adelante.
A mi esposa solo me queda agradecer y pedir perdón por hacerla vivir este momento tan doloroso para ella, sus padres y familiares, porque si hay algo que debe quedar claro es que ella ha respondido hoy por mis actos, lo cual hace doblemente injusta esta situación.
Isaac Givovich