La inclusión en la Educación Superior tuvo un hito, cuando las siete jóvenes sordas, Gabriela Acuña Fernández, Daniela Alfaro Torrres, Paulina Iribarren Sandoval, Daniela Robledo Espinoza, Nataly Robles Alfaro, Camila Rubat Rojas y Lissete Saavedra Pastén -además integrantes de la Fundación FILSA- se acercaron hasta la sede de Santo Tomás Copiapó, para cumplir su sueño: matricularse en una carrera, específicamente en Gastronomía Internacional y Tradicional Chilena.
El Director Académico de Santo Tomás sede Copiapó, José Luis Rojas, manifestó que “como Institución estamos contentos que nuestros/as jóvenes tengan la confianza y claridad para matricularse en nuestra institución. En este sentido como Santo Tomás es fundamental garantizar que todos/das nuestras estudiantes tengan acceso equitativo y continuo al aprendizaje en todos los contextos, a través de los diferentes mecanismos de apoyo con que contamos siendo fundamental para un proceso continuo en la formación académica. Por ejemplo, nuestro Plan de Formación y Desarrollo Docente con capacitaciones en línea inclusiva, está orientado a fortalecer las habilidades de los docentes para el desarrollo de una clase inclusiva, que considera la implementación de ajustes razonables y las necesidades de apoyo que requieran los/las estudiantes. Hasta la fecha tenemos sobre 10 profesionales que se titularon en nuestra institución con diferentes condiciones (motora, cognitiva, auditiva, visual – TEA), esto demuestra el trabajo que realizamos como institución.
Por su parte, Julio Pizarro Metzdorff, Director de la Fundación FILSA, comentó que “la importancia que reviste este proceso es histórico, no solamente para la fundación, sino que también para la comunidad sorda de Atacama, sino que también a nivel nacional, puesto que el procedimiento ha sido una trayectoria de trabajo junto a las jóvenes que están ingresando actualmente a la educación superior, específicamente en Gastronomía Internacional en Santo Tomás Copiapó. Ellas han participado por dos años en proyectos vinculados a la temática de gastronomía. Varias de ellas son madres solteras trabajadoras y toda esta acción actualmente es una innovación social. Estamos muy felices y agradecidos. Este es el resultado de un trabajo intersectorial”.
Una de las jóvenes matriculadas, Lissete Saavedra Pastén, sobre este hecho importantísimo en su vida, indicó que “nos matriculamos en Gastronomía para aprender y ojalá en un futuro trabajar todas juntas en la Fundación FILSA. Cuando era pequeña soñaba con estudiar y con mis compañeras luchamos para poder incluirnos y recibir un título y hoy justamente podemos tener esa posibilidad de estudiar, de tener un intérprete en sala que nos apoyará, así que estamos muy felices de estar acá”.
Fuente: Simplicity.