En los últimos años hemos sido testigos de un gran crecimiento del tráfico en las redes principales que nos conectan, así como de la construcción de Centros de Datos y el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial. Al asistir a variados congresos de tecnología durante el presente año, pude ver de primera fuente cómo la tecnología móvil también está avanzando a pasos vertiginosos. Para sostener todas estas tendencias de rápido crecimiento, es necesario abordar dos factores clave: la conectividad y la energía.
En cuanto a la conectividad, es muy desafiante impulsar una iniciativa viable si no se tiene un contrato con un proveedor de contenido. Cada vez más, estas empresas (OTT), desarrollan su propia infraestructura, esto debido a que tienen la disponibilidad de caja para poder llevarlo a cabo con facilidad. Por otro lado, los fabricantes de cables ofrecen grandes descuentos debido a los pagos por adelantado que las compañías de contenido pueden proporcionar. Sin embargo, esto hace que la inversión en activos de alto costo y discretos rendimientos, como los cables de fibra óptica submarinos, sea poco intuitiva para la industria de infraestructura tradicional. Además, el proceso tradicional de financiamiento de proyectos requiere mucho tiempo y normalmente no permite realizar pagos por adelantado.
Por otro lado, las empresas de telecomunicaciones, que tradicionalmente han proporcionado capacidad de fibra óptica submarina, no están tomando medidas para iniciar nuevos proyectos de conectividad. Al contrario, al menos en América Latina, están vendiendo sus activos y enfocándose en la última milla. Los operadores están siendo objeto de una feroz competencia y sus precios no están aumentando, por lo demás están realizando grandes inversiones en nuevas tecnologías como el 5G.
Para abordar las necesidades de conectividad para la próxima década y evitar una integración de la industria de conectividad con los proveedores de contenido, se debe innovar en nuevos modelos de negocio. La industria de cables submarinos es responsable de la mayor parte de todas las comunicaciones en el mundo, por lo que es crucial mantenerla saludable y competitiva.
En cuanto a la energía, el consumo de electricidad de los centros de datos representó del 2 al 3% del suministro global el año pasado. Se estima que los requisitos de energía aumentarán del 8 al 10% del suministro global para 2030. La ubicación es importante porque se necesita estar cerca de una fuente de energía limpia, y simplemente allí es donde debemos ubicar los centros de datos para impulsar la industria hacia la sostenibilidad. Además, las regulaciones deben ser claras y estables para que las inversiones en infraestructura sean seguras.
La industria digital ha sido un rotundo éxito, pero para mantener este impulso, debemos mirar hacia el futuro y abordar las necesidades que enfrentaremos. Su tamaño es un factor que debemos tener en cuenta en cuanto a sus requisitos de red y energía. Conceptos como el libre comercio, la provisión de infraestructura, nuevos modelos de negocio y la planificación de sus recursos deben abordarse de manera oportuna para mantener a la industria saludable y competitiva. No debemos olvidar que la industria ha estado impulsando una verdadera revolución durante ya algún tiempo; es nuestra responsabilidad asegurar que su futuro sea sostenible.
Patricio Rey, gerente general de Desarrollo País.
Fuente: Corpo.