La variación del IPC de 0,5% en el mes de septiembre sorprendió al mercado, que esperaba una inflación en torno a 0,7%, poniendo paños fríos al comportamiento de los precios en la economía chilena. Con este resultado, el IPC en 12 meses se ubicó en 4,6%, lo que nos permite moderar la proyección de inflación prevista para diciembre a 4,5% en 12 meses, situándola por debajo de la previsión de 4,6 % contenida en el último IPOM. La inflación subyacente, es decir, aquella que excluye los precios de frutas, verduras y combustibles, se situó en 0,4%, moderando la inflación en 12 meses desde 5,7% a 5,4%. Para el mes de octubre esperamos un IPC en torno a 0,3%, y de 0,1% para los últimos meses del año.
Históricamente la inflación del mes de septiembre es la más alta del año, de modo que este registro debe ser leído también desde esa perspectiva. En los últimos diez años la variación promedio para el noveno mes del año ha sido de 0,7%, seguida por la de marzo, de 0,5%. La más baja es la de diciembre, con 0% promedio.
El análisis de los precios según sus divisiones muestra una situación general de inflación contenida en relación a los meses previos. El IPC de Alimentos y el de Bebidas Alcohólicas y Tabaco, que han sido los más expansivos por efectos cambiarios y tributarios, moderaron su inflación a 1,1%, (1,5% en agosto) y -0,7% (0,6% en agosto), respectivamente. Por su parte, los rubros de Vivienda y Servicios Básicos, Equipamiento del Hogar y Salud, siguen mostrando un perfil más resistente a moderar las trayectorias inflacionarias, y mantuvieron sus IPC en 12 meses en torno a 6%. Las demás divisiones, en tanto, muestran más bien un comportamiento colaborativo con la moderación inflacionaria, especialmente Vestuario y Calzado, Comunicaciones, Recreación y Cultura y Educación.
Con todo, estimamos que el panorama inflacionario no ha dado signos de agudización, lo que da cierta holgura al Banco Central en la definición de sus próximos movimientos de política monetaria. Varios otros elementos operan en el mismo sentido, como lo es el hecho de que el tipo de cambio parece haber encontrado ya, una nueva meseta en torno a la cual se moverá el mercado. De esta forma se reducen los efectos de primera vuelta que puedan estar aún en curso. Concluimos que la menor presión inmediata sobre la política monetaria resulta en un punto a favor para la coyuntura económica, que se encuentra en estado de desaceleración importante, y no descarta una profundización de tendencias.
Fuente: Prensa Cámara de Comercio de Santiago.