- Edmundo Barrientos, con cerca de 15 años de experiencia desarrollando soluciones tecnológicas educativas en Chile y Estados Unidos, especializado en Inteligencia Artificial (IA) en el ámbito del aprendizaje en las organizaciones educativas y empresas.
La inteligencia artificial es una tecnología que nos acompaña desde hace bastante tiempo, sólo que estos dos últimos años se ha hecho más visible, democratizando su uso en múltiples aspectos de nuestras vidas: entretenimiento, diseño, arte, fotografía, educación, salud, marketing, automatización de procesos, análisis de data, entre otras actividades.
Mientras que algunos celebran la llegada de la tecnología 5.0 y la consideran un valioso aporte para la humanidad; una oportunidad para delegar tareas y liberar tiempo para actividades creativas, de planificación, análisis y otras de su preferencia, otro sector la percibe como una amenaza para la fuerza laboral humana. Para ellos, la irrupción de la inteligencia artificial no sólo plantea desafíos económicos, sino que también suscita temores y aprensiones sobre el futuro de la humanidad en su forma actual.
Aunque nadie puede predecir con certeza el desarrollo futuro de la inteligencia artificial, en la actualidad está demostrando su capacidad para mejorar la calidad de vida humana en diversas áreas. Este fenómeno puede parecer sorprendente para algunos, pero, de acuerdo a mi visión y experiencia, la IA está contribuyendo al bienestar y la felicidad desde múltiples perspectivas.
Un caso concreto es “Data for Good”, un proyecto que tiene como foco resolver problemas humanitarios relativos a acceso a la educación, derechos humanos y pobreza a nivel mundial, a través del análisis de datos generados por la IA. Esto, es algo que de realizarse, sin duda impactará el bienestar de las personas, contribuyendo en su calidad de vida y, por ende, aumentando sus niveles de felicidad.
Por otro lado, la IA está contribuyendo a nuestro bienestar en el día a día. Hay aplicaciones que utilizan esta tecnología para, por ejemplo, monitorear el sueño de una persona y a partir del análisis de estos datos, entrega recomendaciones de hábitos que puede implementar el usuario para tener un sueño más reparador.
Sistemas como Alexa, Google Assistant y Siri han sido integrados por muchas personas y familias en sus hogares, ayudándoles en tareas diarias, recordatorios e información instantánea, lo que evidentemente reduce la carga mental y optimiza la organización personal.
También los chatbots con IA son cada vez más utilizados, uno de los que más destaco es Woebot, que usa técnicas de terapia cognitivo -conductual que permite interactuar con los usuarios, ofreciendo apoyo emocional, adaptándose a las necesidades de cada persona.
Por otro lado, en las aulas, también se está aplicando la educación con IA. Tal es el caso de Genuine Digital School, un colegio virtual para niños presente en varios países del mundo que creó un software con IA que les permite a los profesores identificar y “medir” las emociones de los niños en tiempo real durante clases.
Es que la aplicación de la IA en la educación juega un rol vital ya que mediante su integración con principios de las Ciencias Cognitivas permite no solo un aprendizaje personalizado, sino que además mucho más inclusivo, lo que también mejora la calidad de vida de los estudiantes, y por ende, los trabajadores del futuro.
Nosotros en Boost Education también aportamos en esta arista, ya que ofrecemos asistentes, o en este caso conocidos como tutores inteligentes, para acompañar a los estudiantes en su aprendizaje. Esto quiere decir, que dado un contenido, como por ejemplo dentro de una plataforma de e-learning, o un libro electrónico, se genera un tutor virtual quien acompaña al estudiante para desarrollar el pensamiento crítico, a que aprendan este contenido, a aplicar los conceptos, y a relacionarlos con sus conocimientos previos.
Por ende, si la pregunta es ¿la IA puede aportar a la felicidad humana? Yo no sólo diría que sí, sino que también está aportando con nuevas habilidades para enfrentar un mundo desafiante y en continuo cambio.
Fuente: LRM Comunicaciones