En Chile han sido diagnosticadas más de 40 mil personas con esta patología al sistema nervioso. Síntomas motores y otros que pasan casi desapercibidos en la vida diaria son sus signos de alerta, para una enfermedad, que si bien está incluida en las Garantías Explicitas en Salud (GES), aún está al debe en el acceso a tratamientos para evitar su avance.
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta el sistema nervioso central. Se caracteriza por su progresión gradual y su impacto en el control del movimiento. Los síntomas más comunes incluyen temblores en las extremidades, rigidez muscular o dificultad para coordinar movimientos. A medida que la enfermedad avanza, pueden surgir problemas con la postura, el equilibrio y la marcha. El Día Mundial del Parkinson se conmemora cada año el 11 de abril para crear conciencia sobre esta enfermedad y para honrar a James Parkinson, el médico británico que describió por primera vez la enfermedad en 1817.
Como explicó el neurólogo especialista en trastornos del movimiento y Parkinson, Dr. Elías Fernández Toledo, esta enfermedad “se debe a una disminución de los niveles de dopamina a nivel cerebral, lo que se manifiesta por enlentecimiento de la movilidad”. El también docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción explicó que es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente y su origen es multifactorial, pues “el principal factor de riesgo es la edad, pero también están involucrados factores ambientales, como exposición a tóxicos, y factores genéticos, entre otros”.
“Es importante destacar que esta enfermedad presenta síntomas que afectan a la movilidad (llamados síntomas motores) y otros que no (síntomas no motores). Dentro de los síntomas motores el más relevante es la lentitud en la movilidad. Se acompaña también de temblor, rigidez e inestabilidad para caminar”, contó Fernández, agregando que dentro de los síntomas no motores se encuentran la pérdida del olfato, el estreñimiento, los trastornos del ánimo, fallas de memoria y alteraciones del sueño. El profesional advirtió que los síntomas no motores generalmente aparecen antes que los motores, siendo los signos de inicio para un diagnóstico precoz.
La sensación de baja de azúcar alertó a Gloria Medina Medina, persona con esta enfermedad, quien decidió acudir a una diabetóloga que la oriente con exámenes de sangre. Las sospechas de la médica llevaron a más pruebas, para luego derivar a Gloria con un neurólogo, donde recibió la respuesta con certeza: era enfermedad de Parkinson. “El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es clínico, esto quiere decir que se sustenta en el interrogatorio y el examen físico neurológico. Habitualmente se solicitan exámenes de laboratorio e imágenes del encéfalo para descartar otros diagnósticos alternativos”, explicó el Dr. Fernández.
Gloria tenía 47 años y, como contó, «me consideraba muy joven para recibir un diagnóstico tan catastrófico para mí y que me iba a impedir trabajar, así que fue súper fuerte. De ahí consulté dos neurólogos más para ver si coincidían en el diagnóstico y lamentablemente los dos neurólogos lo confirmaron”. Medina sintió como su salud se deterioraba ya que, en su experiencia, cada paciente desarrolla la enfermedad de manera muy distinta y debe pasar meses buscando el tratamiento y las dosis adecuadas. “Pasaron como un año y medio, dos años para que me pudiera estabilizar”, recordó.
“Mi Parkinson es más de rigidez que de temblores, entonces si uno no está en actividad va quedando cada vez más rígida y eso lo lleva a quedar postrado”, contó Medina, quien observó que la actividad física fue su más grande ayuda en la búsqueda de una mejor calidad de vida. Motivada por mostrar ese progreso a otras personas con la misma afección, creó la “Agrupación Parkinson Coronel”, que ya cuenta con más de 200 personas «que están recibiendo terapias físicas y cognitivas, gratuitas por medio del municipio. Eso ha ayudado mucho a evitar el deterioro y evitar que queden postrados, porque sin la rehabilitación física principalmente el deterioro avanza mucho», aseguró.
Tratamientos disponibles y el apoyo del entorno
“El tratamiento de las personas con enfermedad de Parkinson debe ser integral, incluyendo la actividad física, terapias de rehabilitación, terapia farmacológica y las llamadas terapias avanzadas”, expresó el Dr. Elías Fernández, quien mencionó la importancia de los equipos de kinesiología, fonoaudiología, psicología y terapia ocupacional como fundamentales para el tratamiento, aunque Gloria identificó que el acceso a ellos es lento por el sistema público, obligando a los pacientes que no quieren que su enfermedad avance rápidamente a buscar alternativas en el sistema privado, encareciendo los costos.
“En cuanto a la terapia farmacológica existen múltiples tratamientos, la gran mayoría incluidos en la canasta ofrecida por el programa GES (Garantías Explícitas en Salud)”, detalló el Dr. Fernández. El profesional indicó que en nuestro país existen terapias más avanzadas que están indicadas cuando “el control de los síntomas no es suficiente con las terapias anteriores, donde destacan la estimulación cerebral profunda (cirugía del Parkinson) y las terapias lesionales mediante radiocirugía o mediante ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU)”, refirió
En el caso de que diagnostiquen con Parkinson a alguno de nuestros seres queridos, Gloria enfatizó en que lo primero que les aconseja a los familiares es que “aunque no quieran salir, sacarlos a caminar, que tomen aire, que no se encierren en la casa, porque el diagnóstico de Parkinson es muy, muy estigmatizado socialmente. Entonces, las personas tienen como miedo a salir a la calle, porque todo el mundo los mira, por sus temblores, por su dificultad de caminar, pero ese es el más grave error: quedarse encerrado”. Esta recomendación fue respaldada por el Dr. Fernández, quien destacó la importancia de acompañar a los pacientes en que la enfermedad se ha desarrollado más ampliamente y que presenten dependencia en alguna de sus actividades diarias.
Para Gloria “la red de apoyo es fundamental de cada paciente. Cuando hablamos de Parkinson hablamos de tercera edad, pero no siempre se da en tercera edad. En la agrupación tenemos pacientes como un joven de 42 años al que se le motiva a que se mantenga activo, aunque uno trabaja y se acuesta totalmente adolorido y después para levantarse es una lucha, pero mantenerse activo es una causa, un motivo por el cual seguir adelante”, detalló.
“Hoy existen aproximadamente 40 mil personas con esta enfermedad en nuestro país y se proyecta que a futuro esta cifra aumente, de la mano del envejecimiento de nuestra población”, describió el Dr. Fernández. Para él, la prevención es un punto crucial y destacó a la actividad física frecuente y los estilos de vida saludables (la nutrición balanceada, buen consumo de agua y bajo consumo de alimentos procesados) como el principal factor de protección contra la enfermedad. “Se ha descrito también que el consumo moderado de cafeína podría disminuir el riesgo de presentar Parkinson”, declaró, invitando a las personas a mantener un buen control de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial o la diabetes mellitus, pues “se ha demostrado que el mal control de estas enfermedades favorece la progresión del Parkinson”, finalizó.
Gloria invita a los pacientes de su comuna que quieran comunicarse con la Agrupación Parkinson Coronel a escribir a agruparco@gmail.com.
Fuente: U. de Concepción.