En Quilicura, comenzó a operar la planta más grande y eficiente en pretratamiento
de residuos. A nivel latinoamericano, es un referente por su alto estándar
tecnológico, capaz de recuperar más del 90% de los materiales para su valorización.
El éxito de la implementación de la Ley REP para Envases y Embalajes supone el desafío
de sumar la infraestructura necesaria para cumplir con las metas progresivas de
recolección y valorización de estos productos prioritarios, donde un eslabón clave son las
capacidades instaladas de clasificación y pretratamiento.
El Centro de Pretratamiento para la Valorización de Residuos GIRI –que acaba de
inaugurar la empresa Ambipar Environment en la comuna de Quilicura–, representa un
salto para el ecosistema del reciclaje en nuestro país. Hasta ahora, estos residuos se
procesaban en plantas que, al ser 100% manuales, no superaban en conjunto las 40.000
toneladas anuales.
La nueva instalación comprende 8.500 m2 distribuidos en tres naves industriales,
equipadas con las más avanzadas tecnologías semiautomatizadas en clasificación y
pretratamiento, de origen europeo y norteamericano.
A plena operación, GIRI tendrá una capacidad de procesamiento de hasta 60.000
toneladas anuales, la más alta hasta ahora disponible en Chile, orientada a procesar los
residuos sólidos provenientes de diversos sectores industriales y de los Envases y
Embalajes domiciliarios vinculados a los Sistemas de Gestión REP.
“Nuestro objetivo es que los residuos tengan el lugar que se merecen y GIRI apunta a
maximizar su valorización siguiendo la jerarquía en la gestión de residuos y haciendo uso
de la tecnología más avanzada disponible, lo que nos da mucha flexibilidad y eficiencia
para lograr tasas de recuperación superiores al 90%”, sostiene Andrés Jensen Velasco,
gerente de Desarrollos y Nuevos Negocios de Ambipar Environment.
En esta jerarquía, el primer y principal proceso que realiza GIRI es el de Clasificación, el
que ocurre en su nave más grande, que cuenta con un completo sistema
semiautomatizado para procesar rápidamente los Envases y Embalajes que llegan
mezclados. A través de largas cintas transportadoras, los residuos son llevados hacia
separadores balísticos que seleccionan los materiales por su forma y volumen. Luego los
materiales pasan por lectores ópticos que identifican su materialidad mediante rayos
infrarrojos y en milisegundos cada tipo de material, principalmente plásticos, va siendo
eyectado a su línea correspondiente con un certero golpe de aire comprimido. Los
metales ferrosos, por su parte, son atrapados en imanes que permiten su selección en
forma automática, mientras el aluminio es clasificado mediante la técnica de las corrientes
de Foucault, donde campos magnéticos específicos permiten eyectar dicho material.
Cada paso es supervisado por el ojo y la mano humana de operadores especializados
que trabajan en cabinas especialmente diseñadas para llevar a cabo el control de calidad.
Al término de este proceso, se logran corrientes puras de cada uno de los materiales, que
son enfardados y destinados a la industria del reciclaje.
Andrés Jensen Velasco destaca que esta planta facilitará el trabajo de los Sistemas de
Gestión REP, los municipios y el sector industrial, transformando mezclas de residuos en
materiales que tengan la calidad adecuada para su eficiente reciclaje u otro tipo de
valoración, asegurando su calidad y trazabilidad a través de todo el proceso.
En GIRI se han implementado, además, operaciones que permiten prestar el servicio de
protección de marca y valorización de inventarios obsoletos. “Contamos con equipos
capaces de separar el envase de su producto, valorizando de esta forma los inventarios
obsoletos, al mismo tiempo que se destruye un producto que no puede comercializarse.
Esta solución es muy atractiva para industrias como la alimenticia. Como el envase
generalmente es reciclable, se incorpora a la línea de Clasificación, y el producto, que es
orgánico, se puede valorizar como base de alimento animal, compost o biodigestión para
la producción de biogás”, explica el ejecutivo.
Finalmente, el último proceso se hace cargo de aquella fracción de materiales que no
cuentan actualmente con una solución a través del reciclaje o porque están
contaminados. Estos son llevados a una trituradora industrial que los convierte en
Combustible Derivado de Residuos. Jensen explica que es una mezcla que cumple con
los requerimientos de tamaño, calidad y homogeneidad para ser usada en industrias
intensivas en el uso de energía, “como ocurre en Chile y el resto del mundo con la
industria cementera, que reemplaza combustibles fósiles con estos materiales que, de lo
contrario, terminarían en rellenos sanitarios. Esta tecnología, conocida como co-
procesamiento, implica importantes disminuciones en la huella de carbono de la industria,
al mismo tiempo que se evita la eliminación en rellenos sanitarios de importantes
volúmenes de residuos”.
Finalmente, el gerente de Desarrollo y Nuevos Negocios de Ambipar Environment
adelanta que el próximo paso de la compañía en nuestro país es fortalecer las
capacidades en regiones, con nuevas inversiones en Tarapacá, Biobío y Los Lagos. El
plan a dos años es desarrollar plantas con similares estándares al de GIRI, pero
adaptadas a la realidad local, con capacidades de 10 mil toneladas anuales cada una.
Sobre Ambipar Environment: Líder en soluciones ambientales, con más de 40 años de
experiencia atendiendo industrias de la minería, la agricultura, la construcción y eventos, a través
de soluciones en gestión y valorización de residuos inspirados en conceptos de economía circular
y carbono neutralidad. Forma parte Grupo Ambipar, multinacional de origen brasileño, presente en
más de 40 países, con 500 bases de operación.
Fuente: Cuatroejes.