De cada 100 personas que viven en Chile, dos tienen esta patología, que se caracteriza por sentir dolor persistente en todo el cuerpo. Se calcula que en nuestro país, existen unas 6.200 personas con este trastorno, y la mayoría son mujeres.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia, o fibrositis, es una enfermedad crónica que se describe como un dolor musculoesquelético, es decir molestias generalizadas y sensibilidad en todo el cuerpo. Aunque no tiene una causa clara, afecta a millones de personas en todo el mundo, causando fatiga, trastornos del sueño, dolores de cabeza, ansiedad y otros síntomas debilitantes.
La doctora Mabel Ladino, reumatóloga de Clínica INDISA, explica que “este trastorno puede ser desencadenado por un evento traumático: una infección, cirugía o traumatismo físico, sin embargo, esto se produce principalmente asociado a un stress de tipo emocional agudo o mantenido en el tiempo, como por ejemplo: la pérdida de un ser querido, padecer de bullying o violencia intrafamiliar entre otros. Si conoces a alguien que padece esta enfermedad, probablemente la frase que más escuches es “me duele todo”. Pero, ¿qué significa “todo”? Los síntomas principales son:
- Dolor generalizado y crónico en todo el cuerpo, que puede variar en intensidad y ubicación.
- Rigidez en las articulaciones y músculos.
- Fatiga extrema: no mejora con el descanso.
- Problemas de sueño: dificultad para conciliarlo o despertarse con frecuencia.
- Dificultades cognitivas: pueden afectar la concentración y la memoria.
Además de estos, existen otros síntomas comunes, como los dolores de cabeza, problemas gastrointestinales y sensibilidad extrema al tacto y a la presión en ciertas áreas del cuerpo, conocidas como puntos sensibles.
La especialista de INDISA advierte que “el dolor crónico y la fatiga pueden dificultar la realización de actividades cotidianas, como trabajar, hacer ejercicio o disfrutar de actividades recreativas. La fibromialgia también puede afectar a los niños y adolescentes, generando inasistencias escolares frecuentes, dificultades en la actividad física y aislamiento por parte de sus pares y profesores por no comprender la enfermedad.
¿Por qué se produce?
La fibromialgia está vinculada a un aumento anormal de ciertas sustancias químicas en el cerebro que transmiten señales de dolor. Los receptores de dolor del cerebro parecen desarrollar una memoria del dolor y volverse más sensibles, lo que significa que pueden reaccionar exageradamente ante las señales de dolor y no dolor. “Aunque la causa exacta de la fibromialgia no se conoce, los estudios cerebrales sugieren que las personas con esta afección procesan el dolor de manera diferente a aquellas que no la tienen. Pueden experimentar dolor cuando otros no lo hacen y tener reacciones más severas ante él”, señala la Dra. Ladino.
Hay ciertas variables que influyen en el padecimiento de este trastorno. Entre estas, encontramos:
- Genética
- Sucesos emocionales
- Sucesos físicos
- Infecciones.
Además existen otros factores de riesgo, como el sexo (las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres), antecedentes familiares, edad mediana (la mayoría de los diagnósticos se llevan a cabo en la quinta década) y el tener otras enfermedades, como osteoartritis o lupus.
Tratamiento: ¿cómo se maneja?
No existe una cura como tal para la fibromialgia todavía, por lo tanto el tratamiento se enfoca principalmente en aliviar los síntomas. Puede incluir medicamentos para mejorar el sueño, antidepresivos y analgésicos para el dolor, y diferentes tipos de terapia física y cognitivo-conductual para aprender cómo lidiar con el dolor, estrés y/o ansiedad. “Sin embargo, lo más importante en el tratamiento es la terapia psicológica dada por un equipo de salud mental que tenga conocimiento y experiencia la patología, intentando buscar el causante o gatillantes del dolor crónico, trabajando para que estos eventos traumáticos puedan ser superados o ser mejor sobre llevados en eventos futuros”, puntualiza la reumatóloga de Clínica INDISA.
Algunas terapias como la meditación, el biofeedback, el yoga, el tai chi, el masaje terapéutico y la acupuntura, también pueden ayudar a disminuir los síntomas de la fibromialgia, pero lo más importante son los cambios en el estilo de vida, como ejercicio regular, técnicas de manejo del estrés y una dieta saludable.
“Al no existir exámenes concretos, su diagnóstico es muy difícil. Los síntomas suelen variar y son diferentes para cada persona. Sin embargo, si el dolor generalizado persiste por más de tres meses, te sientes más cansado de lo normal sin hacer esfuerzo físico, tienes dificultad para concentrarte y estás teniendo problemas para dormir, lo mejor sería chequear con un reumatólogo”, aclara la especialista de INDISA.
Recuerda que en Clínica INDISA contamos con un equipo altamente capacitado para acompañarte en cada etapa de tu vida. Si presentas alguno de los síntomas descritos, no dudes en visitar cualquiera de las sedes en Providencia o Maipú.
Fuente: Extend.