Tras la reciente declaración de la actriz Maly Jorquiera sobre su diagnóstico de otoesclerosis bilateral, hemos consultado a académicos de fonoaudiología de la Universidad San Sebastián para entender mejor esta condición.
Ricardo Cartagena, director de Fonoaudiología y docente del diplomado de audiología Diagnóstica de la Universidad San Sebastián, explica que “la otoesclerosis es un proceso de crecimiento anormal del hueso alrededor del oído interno, lo que provoca la fijación de los huesecillos, especialmente del estribo. Estos huesecillos son responsables de amplificar el sonido desde el oído externo hacia el oído medio. La fijación impide su movimiento, impidiendo que el sonido llegue al oído interno, lo que resulta en una pérdida auditiva progresiva”.
Cartagena señala que la pérdida auditiva progresiva es la principal queja de los pacientes, que puede comenzar en un oído y luego afectar al otro. Los pacientes pueden experimentar dificultades para escuchar sonidos bajos y entender conversaciones en entornos ruidosos. Para evaluar la audición, se realizan audiometrías, que determinan las intensidades mínimas de audición en diferentes frecuencias, y timpanometrías, que valoran la funcionalidad del oído medio y la rigidez del sistema. También se pueden solicitar imágenes, como una tomografía computarizada (TC), para complementar el diagnóstico.
Marisol Guíñez, Coordinadora del Diplomado en Audiología Diagnóstica USS, destaca la importancia del tratamiento quirúrgico para esta enfermedad. La cirugía, conocida como estapedectomía, tiene como objetivo restaurar la audición mediante la extracción parcial o total del estribo y la colocación de una prótesis que funcione como un estribo artificial. Esta prótesis permite la transmisión de las ondas sonoras hacia el oído interno. Guíñez enfatiza que, si la cirugía no tiene éxito, se pueden utilizar audífonos como alternativa.
Ricardo Cartagena también menciona la intervención fonoaudiológica, que se basa en el desarrollo de estrategias comunicativas junto con la implementación de ayudas auditivas, como audífonos en las etapas iniciales de la otoesclerosis o dispositivos implantables, como el implante de oído medio. Este implante reemplaza la función de los huesecillos del oído medio. El objetivo de la intervención fonoaudiológica es maximizar el beneficio de las ayudas auditivas para mejorar la calidad de vida y la comunicación del paciente y su entorno, minimizando las restricciones en sus actividades cotidianas.
Las principales señales de otoesclerosis bilateral incluyen:
- Pérdida auditiva progresiva: Es el síntoma más común y suele comenzar con una disminución de la capacidad para escuchar sonidos bajos. La pérdida de audición tiende a empeorar con el tiempo y afecta a ambos oídos, aunque no necesariamente al mismo ritmo.
- Dificultad para entender el habla: Las personas con otoesclerosis pueden tener problemas para comprender el habla, especialmente en ambientes ruidosos o cuando varias personas están hablando al mismo tiempo.
- Acúfenos (tinnitus): Muchas personas con otoesclerosis experimentan zumbidos, silbidos u otros ruidos en los oídos.
- Vértigo o problemas de equilibrio: Aunque menos común, algunas personas pueden experimentar mareos o problemas de equilibrio.
- Sensación de presión o congestión en los oídos: Algunas personas pueden sentir una presión constante o congestión en los oídos, similar a la sensación de tener agua en el oído.
- Deterioro gradual de la audición en ambientes ruidosos: A medida que la enfermedad progresa, puede volverse más difícil oír en situaciones con mucho ruido de fondo.
- Dificultad para escuchar sonidos graves: Las personas con otoesclerosis a menudo tienen más dificultades para oír sonidos graves o de baja frecuencia.
Si se sospecha de otoesclerosis, es crucial consultar a un otorrinolaringólogo o a un especialista en audición para un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Fuente: USS