- Se trata del roedor orejudo de Darwin y desde Greenpeace denuncian que, pese a contar con los antecedentes, la autoridad sigue sin investigar este suceso, que ocurrió en la cuenca del río San Francisco de forma sucesiva, en los meses de abril y mayo de este año.
Julio 2024. Al menos dos episodios de muertes masivas del ratón orejudo de Darwin se han registrado en la orilla del río San Francisco, en la comuna de Lo Barnechea: en abril, en el que cerca de 20 individuos de esta especie fueron encontrados sin vida junto al desagüe del canal, sin heridas aparentes o evidencias de ataque físico, y otro a inicios de mayo, que se repitió bajo las mismas características. “Estos antecedentes fueron remitidos al SAG luego del primer episodio, quienes hicieron una inspección al lugar sin tomar muestras de ningún tipo. Y hasta la fecha, se siguen sin tomar estas muestras, las que permitirían investigar las causas que expliquen este fenómeno”, denuncia Dominique Charlin, especialista en biodiversidad y vocera de Greenpeace.
El orejudo de Darwin es un roedor que pesa entre 42 a 53 g y tiene un pelaje relativamente corto y suave, de color café ocre. Pero su característica más distintiva son sus grandes orejas, las cuales le dieron su nombre. Es endémico de Chile, es decir, que sólo vive en nuestro país, y uno de sus aportes ecosistémicos es servir de presa a especies carnívoras de la cordillera central, como el zorro culpeo, el gato colo colo y especialmente, el gato andino. Charlin añade que este último es particularmente sensible a los cambios en sus fuentes de alimento, “porque es una especie de carácter especializado para vivir en condiciones muy particulares y se encuentra en peligro de extinción. El riesgo de consumir individuos con algún tipo de toxina podría afectar la supervivencia de los pocos individuos que quedan en la zona”.
La especialista en biodiversidad explica que “es muy extraño encontrar tantos ratones silvestres muertos juntos, porque es una especie que vive en colonias pequeñas y lo más habitual, según indica la experiencia, es que mueran de a uno”. Lo preocupante, añade, es que en la cabecera de la cuenca del río San Francisco y a solo 15 km de donde fueron encontrados estos roedores, se ubica la mina Los Bronces. “Es primordial que el SAG haga estudios en el agua y en las carcasas de los animales muertos, para descartar que la causa de este fenómeno sea por algún contaminante proveniente de esta industria, o por enfermedad viral o bacteriana. Conocer este origen permite tomar medidas que eviten provocar más daño en la biodiversidad del lugar, como lo mencionado con respecto al gato andino”, asegura la vocera de Greenpeace.
Fuente: Greenpeace