Cinco factores impulsan el crimen organizado en la región: el incremento del consumo global de cocaína, oro y madera, el crecimiento sostenido de la acumulación informal e ilegal de capital, la crisis migratoria, las limitadas capacidades de los operadores de justicia, y la crisis política.
Santa Cruz – Bolivia, 9 de julio de 2024.- En el marco del 9° Encuentro de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC), realizado en Santa Cruz, Bolivia, expertos de la región analizaron la creciente problemática del contrabando y su estrecha relación con el crimen organizado.
El encuentro reunió a autoridades y representantes de industrias afectadas de Bolivia, Chile, Perú, Argentina, Brasil y Colombia, quienes abordaron la problemática del contrabando entre las fronteras de sus países, cómo se manifiesta y las medidas para combatirlo.
En este contexto, se destacó el alarmante incremento en el contrabando dirigido a Chile, especialmente de cigarrillos, los que provienen mayoritariamente desde Paraguay y transitan a través de Bolivia. Este es uno de los ejemplos que ilustra el funcionamiento de las bandas criminales transnacionales, que generan enormes ganancias y evaden miles de dólares en impuestos al año.
Con base en investigaciones realizadas en la región, se evidenció que Bolivia se convirtió en un paso casi obligatorio para varias rutas de contrabando, con el consecuente crecimiento acelerado en cuanto a actividades delictivas. Este tránsito estaría acompañado de un incremento en la violencia vinculada al enorme poder de fuego que manejan las estructuras criminales, las que también utilizan las mismas rutas para el tráfico de otras mercancías ilegales, como drogas y armas.
Hay evidencias de la presencia de al menos ocho organizaciones criminales cuyos ilícitos se desarrollan en Sudamérica. La lista incluye al Primer Comando da Capital y al Comando Vermelho (Brasil); a los Choneros y Tiguerones y Lobos (Ecuador); el Tren de Aragua (Venezuela); y Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa (México).
Carlos Gajardo, abogado y exfiscal especializado en delitos complejos y económicos de Chile, subrayó que el contrabando de cigarrillos es un claro indicador del aumento del ilícito en el país. “El ingreso ilegal de cigarrillos en Chile no se desincentiva, sino que se fomenta, ya que comparado con otros delitos igualmente rentables, el sistema judicial y policial presenta bajo riesgo y bajos costos para perseguirlo”, explicó.
Estudios recientes de la Universidad Católica de Chile revelan que el porcentaje de cigarrillos de contrabando en el mercado chileno ha pasado del 20% al 30% en años anteriores, alcanzando casi el 50% en 2023, lo que equivale una pérdida de más de mil millones de dólares en evasión fiscal. “Esto significa que la mitad de los cigarrillos que se consumen hoy en Chile es de contrabando, con la inmensa cadena de valor que eso implica para la delincuencia”, lamentó el especialista.
Factores de incentivo y medidas urgentes
En el encuentro, Rubén Vargas, exviceministro de Orden Interno del Ministerio del Interior de Perú, señaló cinco factores clave que impulsan el crimen organizado en la región: el incremento del consumo global de cocaína, oro y madera; el crecimiento sostenido de la acumulación informal e ilegal de capital; la crisis migratoria asociada a delitos y violencia extrema; las limitadas capacidades de los operadores de seguridad y justicia; y la agudización de la crisis política.
Para Gajardo, también la inmigración ha facilitado el incremento del contrabando en los últimos cinco años. “Esto ha hecho que las fronteras sean mucho más porosas, más activas y con mucho menos control; y que buscar una solución entre los países haya resultado complejo”, reflexionó.
Durante el encuentro, los expertos coincidieron en la necesidad de implementar medidas coordinadas entre los países para fortalecer los controles y combatir el crimen organizado de manera eficaz. Vargas destacó la importancia de un cambio en el enfoque de la solicitud de apoyo hacia los países consumidores de cocaína, promoviendo una mayor responsabilidad por parte de estos, dado que el aumento del consumo también incrementa los ilícitos en los países productores.
El 9° Encuentro de ALAC concluyó con un llamado a la acción conjunta contra el flagelo del contrabando y a la cooperación internacional para enfrentarlo de manera integral y efectiva.
Fuente: Llorente & Cuenca