La investigación liderada por los académicos María José Galotto y Eliezer Velásquez demuestra que se puede aplicar la economía circular en el área de envases para alimentos, sobre todo en el caso del poliestireno que es el material utilizado para envases de yogur.
Los residuos de los envases lácteos hechos de poliestireno de alto impacto (PS) actualmente no se reciclan para producir nuevos envases para el mismo producto, debido a que este material tiene una composición química particular que ocasiona su fuerte deterioro con el reciclado, lo que empeora su desempeño para producir nuevos envases, con resistencia e inocuidad para preservar los alimentos de manera segura.
El PS es un polímero petroquímico difícil de reemplazar debido a su bajo costo, ligereza y su resistencia al impacto que evita el quiebre del envase. Además, de otras propiedades únicas como la facilidad para cortarlo cuando se separa un pote de yogur del pack de 4 unidades.
Eso era hasta ahora, ya que los investigadores de Laben Chile de la Usach, Dra. María José Galotto y Dr. Eliezer Velásquez, desarrollaron un envase monomaterial de poliestireno, incorporando una alta proporción de poliestireno reciclado posconsumo, que incluyó barrera funcional que permitió garantizar la inocuidad de los nuevos materiales desarrollados utilizando material reciclado, logrando alcanzar nuevamente las propiedades para la producción industrial de nuevos envases.
Se trata del proyecto Fondef IDeA “Aplicación del modelo de economía circular para la industria láctea: Desarrollo de envases para alimentos a partir de poliestireno reciclado posconsumo” financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), la Universidad de Santiago de Chile, el Centro de Innovación para Envases y Embalajes y Co-Inventa. Asimismo, la iniciativa contó con la colaboración estratégica de las empresas ECOVIA (Reciclajes ConoSur), COEXPAN-Chile, Soprole, Watt’s y Colun.
La directora de la investigación, Dra. María José Galotto, señala que “lo más importante del proyecto es poder demostrar que estamos en condiciones de aplicar la economía circular en el área de envases para alimentos, sobre todo en el caso del poliestireno que es el material ampliamente utilizado para envases de yogur.”
La académica de la Usach agrega que es importante relevar que esta iniciativa se ha hecho de la mano con la industria, “con toda la cadena de valor, desde los recicladores, transformadores y usuarios, demostrando que este material es reciclable, que no afecta ni las características del producto envasado (del yogur) y sobre todo garantiza su inocuidad. En esta innovación ha sido muy importante la participación de la empresa valorizadora ECOVIA, la empresa COEXPAN-Chile que transformó el nuevo material y la participación directa de las empresas lácteas Soprole y Watt’s que han confirmado el buen comportamiento del nuevo material”.
La tecnología ha sido probada en el envasado de yogur usando los equipos convencionales de la industria, sin requerir de modificaciones de las líneas de producción. Los resultados de las pruebas industriales usando poliestireno reciclado posindustrial han sido muy atractivos y se confirma que el yogurt mantiene sus características sensoriales y de inocuidad.
Por su parte, el Dr. Eliezer Velásquez indicó que primero fue necesario estudiar el efecto del reciclado repetitivo del poliestireno de potes de yogur, recolectados en puntos limpios pilotos de Chile, para identificar las necesidades de mejoras y alternativas de solución. “Los resultados científicos de este estudio fueron muy reveladores y confirmaron la imperiosa necesidad de desarrollar tecnologías alternativas para poder recircular el poliestireno y que sea posible la fabricación de nuevos envases de alimentos a partir de estos residuos”.
El investigador destaca además que “la formulación desarrollada basada en poliestireno reciclado permite incrementar la resistencia al impacto y ductilidad del plástico, hasta los mismos valores del poliestireno virgen, mediante su versión aditivada sin afectar su reciclabilidad. La cantidad de poliestireno reciclado posindustrial incorporada en nuevos artículos permitiría avanzar en el cumplimiento de las metas de la Ley REP”, recalca el Dr. Velásquez.
En tanto, el director de Laben Chile, Dr. Abel Guarda, sostuvo que, como centro líder en el país en el área de envases y embalajes “estamos generando resultados específicos respecto a problemas reales que tienen los envases y embalajes, evitando que se transformen en residuos después que han cumplido su misión como envases. Tenemos que proteger al medioambiente y las acciones que realiza Laben Chile en este sentido, contribuyen a entregar conocimiento e información a las empresas, respecto a cómo se pueden trabajar estos materiales para que no se transformen en residuos”.
Vinculación Ciencia – Empresa
El proyecto contó con la participación de un equipo de profesionales de distintas disciplinas y con las empresas líderes del mercado en el área de reciclaje, producción de envases de poliestireno y la industria alimentaria usuaria de dichos envases.
El poliestireno reciclado posconsumo y posindustrial fue separado, reciclado y sometido a lavado en la empresa ECOVIA (Reciclajes ConoSur). Las pruebas piloto del prototipo se efectuaron en el Centro de Innovación de Envases y Embalajes (Laben Chile). La empresa COEXPAN suministró el poliestireno virgen y escaló el prototipo de lámina y envase desarrollado por los investigadores en planta industrial, a partir de poliestireno reciclado posindustrial confirmando la maquinabilidad de la estructura desarrollada. El proyecto también contó con el apoyo de Soprole, Watt’s y Colun como entidades asociadas del rubro de alimentos. Las pruebas industriales de envasado de yogur ya se han realizado en Soprole y Watt’s.
Fuente: Usach