El primero de los escapos asomó en octubre y ya presenta las primeras flores aceradas
de color azul turquesa que caracterizan a esta planta que forma parte del patrimonio
universitario.
Por primera vez, desde su llegada a la UdeC hace más de setenta años, la puya (Puya
alpestris) -la llamativa planta situada a un costado de la Facultad de Ciencias Naturales
y Oceanográficas- tendrá una triple floración, mostrando nuevamente su belleza a las
y los universitarios y visitantes del barrio.
El primero de los escapos -las varas que sostienen sus inflorescencias espigadas –
asomó en agosto y ya presenta las primeras flores aceradas de color azul
turquesa que caracterizan a esta planta.
Los otros dos escapos brotaron en septiembre e irán floreciendo progresivamente, de
modo que el bello espectáculo de la puya podría extenderse por más de dos meses.
“Es probable que podamos ver a la puya con flores hasta mediados de diciembre”,
adelanta el Director del Herbario UdeC y académico del Departamento de Botánica,
Carlos Baeza Perry.
El Dr. Baeza explica que son tres rosetas distintas las que están en proceso de
floración. “Cada roseta va a formar una inflorescencia igual a la que todos conocemos;
pero esto no va a ocurrir al mismo tiempo, va a haber una asincronía en la floración”,
señala.
La planta está formada por un conglomerado de rosetas, que juntas conforman un
puyal o puyerío; son clones que se generan de forma vegetativa, porque aquí lo que
ocurre es una reproducción asexuada, comenta el investigador.
“Cada roseta es una hermana, una roseta va originando a la otra. En este momento
hay una cantidad no menor de rosetas”, advierte el investigador.
Hasta hace un tiempo, lo esperable era que la puya mostrara sus flores en una sola
inflorescencia cada cuatro o cinco años, pero la periodicidad ha cambiado.
La existencia de un mayor número de rosetas es lo que, según el Dr.Baeza- ha
permitido floraciones más frecuentes y también simultáneas.
Así, en 2022 la puya sorprendió con una floración doble, que se repitió el año pasado.
“Si sigue aumentando el número de rosetas, es más probable que florezca todos los
años”, asevera.
El especialista en sistemática y biodiversidad comenta que al ver los primeros escapos
pensó que ocurriría lo mismo que en los últimos dos años; pero la sorpresa vino desde
personal de Parques y Jardines, del grupo a cargo de la mantención del área cercana a
la Facultad.
“Fue uno de ellos, don Carlos (Silva), el que se dio cuenta de que no eran dos sino tres
los escapos”, recuerda el académico, resaltando la especial dedicación de los
funcionarios para con esta planta. “La cuidan como a una joya”, dice.
“Yo hago la mantención alrededor de la planta llamada puya y me di cuenta cuando
empezaron a salir brotes. Comúnmente salen cada dos o tres años, nace uno y
después otro año sale otro. Esta vez vi que había dos y mirando alrededor de la planta
encontré otro tallo, por el otro costado. Así que este año vamos a tener tres tallos con
sus respectivas flores”, cuenta Carlos Silva Pérez.
El jardinero reconoce que ésta es una planta especial, porque no es común y por eso
se preocupan de cuidarla bien. “No es una planta muy conocida y por eso llama la
atención. Con ayuda de la Facultad se hizo una pequeña placa con su nombre y que
cuenta cada cuántos años florece y otros datos y un párrafo que habla del trabajo de
los jardineros”.
Y así como los jardineros se ocupan de mantenerla bien todo el año, Carlos Silva llama
a las y los estudiantes y visitantes a admirarla con mucho cuidado, porque ha sido
testigo de personas sacando sus flores. “Eso es un daño muy grande”, dice.
La planta
Puya alpestris es una planta endémica de Chile que pertenece a las bromeliáceas,
familia que en nuestro país está representada por un conjunto de ocho especies,
dentro de las que se cuenta, por ejemplo, el chupón.
Su nombre viene de la voz mapuche puya (punta) y alpestris, palabra latina que
significa “montañas bajas/que crece en las montañas” y es conocida vulgarmente -al
igual que otras especies de puyas en Chile- como chagual.
“Es un género muy bonito. Las puyas crecen tanto en la costa como en la Cordillera de
los Andes. Por ejemplo, la Puya chilensis, la de flores amarillas que crecen aquí la
desembocadura, está en todos lados, son típicas de la costa; pero Puya alpestris en la
Región crece de forma natural en la cordillera, bien alto. Se puede ver en Antuco, en
Polcura; en Abanico hay unas poblaciones muy bonitas”, cuenta el Dr. Baeza.
El Director del Herbario recuerda que el ejemplar que forma parte del patrimonio
botánico de la UdeC fue traído al Campus en los años 50 y que se encuentra en su
ubicación actual hace un par de décadas.
“Esta es una planta realmente espectacular, porque sus flores hacen un contraste
enorme dentro del paisaje y no solo atrae a la gente, sino también a polinizadores
como colibríes e insectos de todo tipo por su polen y su néctar. Es como un jardín en sí
misma”, agrega el experto.
Fuente: U. de C.