En nuestro país existen cuatro tipos de arácnidos cuyo veneno es peligroso para el ser humano.
Se acerca la época de verano y las temperaturas comienzan a aumentar en todo el país, condiciones que propician la actividad de artrópodos en sus ambientes específicos. En ese sentido, académicos del Laboratorio de Entomología de la Universidad de La Serena (LEULS) explican cómo identificar y prevenir el contacto con arañas que puedan ser peligrosas para el ser humano.
El primer arácnido con importancia médica en nuestro país, pertenece al género Loxosceles y es más conocido como la araña de rincón o violinista, considerada como una de las especies más peligrosas de su género. Su picadura puede provocar daño sistémico o incluso la muerte. Su veneno tiene un potente efecto dermonecrótico, vasculítico, hemolítico y coagulante, el cual demora entre 24 a 48 horas en actuar desde la inoculación del veneno que hace a través de sus colmillos.
La araña de rincón habita generalmente en zonas de árboles, hojas secas y ramas, así como también dentro de las casas, en rincones como closets, cajones u otros escondites con poca accesibilidad al aseo.
La segunda especie de preocupación médica es la “Viuda Negra”, perteneciente al género Latrodectus y que habita en diversas regiones del país. Su picadura a humanos genera un efecto sistémico conocido como “latrodectismo” o “aracnoidismo sistémico”, causando en algunos casos la muerte en adultos o niños. Su veneno es neurotóxico, lo que significa que bloquea la transmisión de impulsos nerviosos, paralizando el sistema nervioso central y produciendo dolores musculares intensos.
Estos arácnidos están vinculados a zonas de exterior en entorno rural y su hábitat está básicamente constituido por campos de cultivo de trigo, alfalfa y lino; aunque también se puede encontrar dentro de las casas, en zonas como armarios, bodegas o esquinas de muebles.
La tercera especie que reviste un peligro para la salud humana es la “falsa viuda negra”, perteneciente al género Steatoda; la picadura es causante del cuadro clínico denominado “steatodismo”. Su veneno es un neurotóxico, pero menos potente que las anteriores especies, por lo que no representa un riesgo de muerte para las personas. Habita principalmente dentro de las casas, patios o cercanías, en lugares oscuros y húmedos.
Finalmente, la cuarta especie corresponde a la araña sicarius, pariente de la araña de rincón, presente en la región de Coquimbo y de la cual aún se encuentra en estudio el peligro de su veneno.
Respecto al peligro de estas especies, Jaime Pizarro Araya, Encargado del Laboratorio de Entomología Ecológica de la Universidad de La Serena, explicó que “la araña de rincón puede vivir en sectores urbanos y habita detrás de los cuadros, las bodegas y donde existe presencia de humanos. En general, el cambio en el clima y el alza de la temperatura favorece los ciclos biológicos y optimiza el tema reproductivo, por lo tanto, si vamos a tener más arañas. La recomendación a las personas es a siempre realizar una limpieza exhaustiva en sus casas” y, respecto al tratamiento, el académico señala que “esto depende de la velocidad y la capacidad que uno tenga de respuesta para ir inmediatamente a urgencia”.
Sobre esto último, las principales recomendaciones en el caso de picadura de una araña, tienen relación con limpiar la herida, aplicar compresas frías y observar su evolución. Será necesario acudir a urgencias en caso de dolor intenso en la zona, náuseas y vómitos, fiebre, sudoración y una sensación de quemazón.
Fuente: Universidad de La Serena.