Según una revisión de diversos estudios de alrededor de ocho países, existen
métodos no farmacológicos tales como la musicoterapia, masoterapia, acupuntura,
acupresión, reflexología, hidroterapia, y crioterapia, que ofrecen beneficios en el
manejo del dolor durante el trabajo de parto, fomentando el empoderamiento y la
autonomía de las mujeres.
El trabajo de parto se ha definido como una experiencia compleja y emocional. Es en este
sentido que durante los años han avanzado las investigaciones para poder reducir el dolor
de las mujeres en trabajo de parto. Se ha recurrido tanto a métodos farmacológicos como
no farmacológicos, dónde estos últimos han demostrado ser efectivos en la reducción del
dolor al promover la liberación de betaendorfinas y disminuir el estrés y la ansiedad,
mejorando la experiencia de parto, la satisfacción y el sentido de control, según estudios
realizados en ocho países.
La Escuela de Obstetricia de la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud USS,
elaboró el artículo “Revisión narrativa de métodos no farmacológicos para aliviar el dolor
durante el trabajo de parto”, donde mediante el análisis de 15 estudios de países como
Estados Unidos, Australia, Brasil, Italia, Colombia, Perú, Irán e Israel, se pudo reunir los
métodos no farmacológicos más efectivos para reducir el dolor durante el parto:
- Terapia térmica e hidroterapia: inmersión en agua tibia durante el parto. Útil para
promover la relajación y el control de los niveles de estrés, reduciendo la
sensación de dolor debido a la disminución de la liberación de cortisol y
betaendorfinas. - Crioterapia: aplicación de frío en partes localizadas. Disminuye el dolor durante
el trabajo de parto, incluido el periodo expulsivo, reduciendo los tiempos de parto. - Termoterapia: implica aplicar calor en áreas específicas del cuerpo. Contribuye a
la liberación de endorfinas y a una mejor percepción del dolor. Durante el parto,
mejora la circulación sanguínea, el metabolismo y la elasticidad, lo que aumenta la
sensación de bienestar. - Musicoterapia: facilita la relajación y ayuda a las mujeres a adaptarse al entorno
del trabajo y de parto, proporcionando una sensación de seguridad y
contribuyendo a la disminución del dolor. Si se escucha música durante el
embarazo y se vuelve a utilizar en el trabajo de parto, puede actuar como un
neurotransmisor interactivo que estimula la hipófisis del feto, evocando
experiencias placenteras que se reactivan durante esta etapa, logrando un efecto
positivo para ambos, generando tranquilidad, seguridad y calma. - Masoterapia: los masajes inhiben la transmisión sensorial en las vías del dolor,
mejoran el flujo sanguíneo y la oxigenación de los tejidos, promoviendo incluso la
liberación de endorfinas y encefalinas, que actúan como analgésicos naturales,
disminuyendo el dolor y mejorando el estado de ánimo. Son útiles durante el
trabajo de parto y la gestación, para trabajar el suelo pélvico, ya que el masaje
mejora el periné reduciendo el dolor y la probabilidad de desgarro al momento que
el feto pasa por el canal vaginal durante la fase expulsiva. - Acupresión: consiste en estimular ciertos puntos del cuerpo. Se recomienda
utilizar el punto LI4, situado entre el primer y segundo hueso metacarpiano
(ubicado en el dorso de la mano, entre la base del pulgar y el dedo índice), y el
punto GB21, ubicado en la parte superior del hombro, detrás del músculo trapecio,
ya que ambos logran reducir el dolor. - Pelota suiza y ejercicios perineales: eficaz para aliviar el dolor durante el trabajo
de parto y el parto. La pelota suiza permite una mayor libertad de movimiento, y
promueve la liberación de betaendorfinas, además disminuye la secreción de
epinefrina. Esto contribuye a la reducción del dolor y mejora la eficiencia del
trabajo de parto, en particular durante la fase de dilatación. También ayuda a que
la mujer se concentre en el ejercicio, proporcionando una distracción de la
sensación de dolor. - Aromaterapia y el uso de aceites: el aceite de lavanda reduce las hormonas del
estrés e induce la secreción de betaendorfinas que son importantes en el control
del dolor. Sin embargo, también se pueden utilizar aceites de rosa, geranio,
cítricos y jazmín, que tienen efectos similares. - Reflexología: reduce la ansiedad peri-procedimiento y mejora el manejo del dolor,
así como el bienestar general, siendo particularmente eficaz en las mujeres
gestantes, donde se tratan los síntomas como náuseas, vómitos, estreñimiento,
edema, fatiga y dolor de cabeza. En el parto disminuye el dolor y la ansiedad,
otorgando mayor control a la parturienta, y en la postparto mejora la lactancia. - Técnicas de respiración: ejercicios como respiraciones prolongadas,
diafragmáticas, y con labios fruncidos, ayudan a disminuir la ansiedad, aumentar el
autocontrol, reducir el dolor, facilitar el descenso fetal, y pueden acortar la duración
del trabajo de parto.
“Es importante destacar que estos métodos, cuando se aplican correctamente, no
interfieren en el bienestar del feto ni presentan riesgos. Por ello, resulta fundamental que
su uso sea supervisado por un profesional capacitado”, comentó Jorge Devia, académico
de Obstetricia de la Universidad San Sebastián, quien lideró este estudio, realizado junto
a académicos y estudiantes de la carrera.
“Además de proporcionar beneficios en el manejo del dolor durante el trabajo de parto,
estos métodos fomentan el empoderamiento y la autonomía de las mujeres. Su
adaptabilidad a las distintas fases del parto contribuye a generar experiencias positivas,
satisfactorias y humanizadas”, agregó el docente.
Respecto a los aspectos positivos que presenta el parto vaginal, el académico USS
comentó que “este tipo de partos representan un menor riesgo de complicaciones
quirúrgicas, un período de recuperación más rápido y menos doloroso, y una menor
probabilidad de desarrollar infecciones. Además, para el recién nacido, facilita una
adaptación más rápida al medio ambiente, fortalece su sistema inmunológico y estimula
sus sentidos”.
Fuente: USS.